Mitos y verdades sobre la Sábana Santa de Santiago del Estero

La Sábana Santa es, tal vez, una de las reliquias más caras en el sentir del pueblo santiagueño, consustanciado con la fe católica, desde sus mismos orígenes coloniales. Fue custodiada por los jesuitas primero, por la Junta de Temporalidades y por la familia Díaz Gallo más tarde, hasta la llegada de los dominicos al convento de la Compañía de Jesús. La tradición oral relataba que este valiosísimo manto sería uno de los dos lienzos entre los cuales se conservaba el Santo Sudario que envolvió el cuerpo de Cristo en el sepulcro.

Se decía que llegó a estas tierras como obsequio del rey español Felipe II, para la “Muy noble y Leal Ciudad de Santiago del Estero”. Relato que, al pertenecer a la esfera de lo popular, contiene algo de subjetividad y mucho de imaginación, que, al ser trasmitido de generación en generación, suena como discurso de verdad. Al respecto, días atrás, en nota publicada en el Diario Popular titulada “La enigmática replica de la Sabana Santa” firmada por Antonio Las Heras, y reproducida por este medio, el autor adhiere a esos legendarios dichos, permitiéndose plantear ciertas dudas respecto a su origen.

Este dato, un tanto impactante, puede llegar a confundir a la grey católica y a un público ajeno a las investigaciones históricas realizadas al respecto. Trabajos recientes sustentados por documentos de archivos, dan cuenta que la Sábana Santa habría llegado a Santiago del Estero de la mano de los Jesuitas, a principios del siglo XVII (cerca de 1609), en un contexto de evangelización y ante la necesidad de poseer objetos materiales de usos devocionales, que generasen impactos visuales y emocionales entre los naturales.

La documentación existente advierte hechos precisos que podrían acercarse a la verdad histórica. El padre Pedro Lozano S.J., en su libro “Historia de la Compañía de Jesús en la Provincia del Paraguay” (1754), de lectura ineludible para el estudio de estos temas, detalla el recorrido por el viejo mundo que realizó el padre Torres Bollo (como procurador de la Orden en la provincia de Perú), en el que logró adquirir alrededor de una decena de reliquias entre ellas, la réplica de la Sábana Santa. El jesuita, quien posteriormente fuera designado primer provincial de la Provincia jesuítica del Paraguay, se avocó en ese viaje, a la tarea de colectar reliquias para el Nuevo Mundo. Ello conllevaba la finalidad de reforzar la sacralidad de los templos y consagrar sus altares, invocar la protección de los santos o para resistir la amenaza de los naturales, además de propiciar la devoción hacia los santos.

Lozano escribe, “… en la ciudad de Turín hallo cabida tal que obtuvo licencia para hacer sacar una copia de la Sabana Santa, en que el Santísimo Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo estuvo envuelto en el Sepulcro hasta su triunfo en la Resurrección; reliquia insignísima, …que le concedieron tocase la copia al original; gracia que no se hace a todos sino a sujetos de particular mérito”.

La transcripción deja en claro que se trata de una copia (una de las dos más fieles, junto a la de Chambèry, realizadas por aquel entonces por copistas dedicados a tal fin) que, al ser puesta en contacto con la original, se convierte en reliquia de tercer grado, justamente por este motivo. Además, el padre Lozano describe el periplo seguido por el padre Torres Bollo hasta su regreso a Perú y a tierras santiagueñas, donde tuvo una reconocida acción religiosa.

Si bien no se han encontrado aún testimonios que marquen el recorrido de dicho sacerdote, como portador de la reliquia hasta Santiago del Estero, el informe sobre su estudio y análisis, sostiene que se trata de una copia. Cabe destacar, por otra parte, que el Santo Sudario de Turín ha sido sometido a un proceso de investigación exhaustivo, en el que se ha aplicado la más avanzada tecnología de estudio existente en el mundo, aseverando sus datos de fidelidad y autenticidad, lo cual actualmente no se discute, ni permite poner en duda su legitimidad.

Síntesis del Informe

de Restauración de la

Sábana Santa (MayoJulio 2014)

Síntesis del Informe de Restauración de la Sábana Santa (Mayo - Julio 2014)

El informe de restauración, realizado en el año 2014 por especialistas de experiencia internacional Lic. Patricia Lissa, Lic. María Pía Tamborini y Bioquímica Marcela Cedrola, asevera que “la Sábana Santa es una réplica de la verdadera Síndone que se resguarda en Turín, Italia. El mater compositivo de este textil es fibra vegetal, lino, de origen europeo correspondiente al siglo XVII, realizado con técnica gouache. Con un ligamento en tafetán a diferencia del de Turín que es de sarga “.

Respecto al estado de conservación de la Sábana Santa, añade que “el textil se encontraba exhibido en forma vertical y plegado en zona central, enmarcado entre dos vidrios, sobre un soporte que permitía la observación de ambas caras al girarlo. Este sistema de exhibición provocó un desplazamiento vertical que generó arrugas y deformaciones en toda la superficie de la pieza, focalizadas especialmente en la mitad inferior”.

Expresa además que “se encontraron manchas rojas causadas por la migración del color de la tela de soporte de un posible sistema de exhibición previo y manchas marrones aureoladas generadas por acción de la humedad”. Advierte que “tenía intervenciones previas realizadas con zurcidos notorios, de fecha desconocida ya que no hay documentación sobre el tema, manchas de óxido causadas por tachuelas metálicas de montajes previos y faltantes en la zona de la leyenda lateral en latín, provocadas por el deterioro de las tintas ferrogálicas que perforaron la tela de lino”. 

Del informe expuesto por las especialistas, queda taxativamente comprobado que la Sábana Santa Santiagueña es una copia del Santo Sudario que se encuentra en Turín, Italia. En el año 2020, en oportunidad de una charla informal con Fray Rafael Cunsulo O.P. Superior del Convento de Santo Domingo, éste comentó (Graciela Paladea dixit) la intención de enviar la Sábana al Vaticano para ser restaurada.

A ello, Paladea respondió que, en 2014, la Sábana Santa Santiagueña fue minuciosamente restaurada y analizada por las profesionales especializadas en textiles Lic. Patricia Lissa, Lic. María Pía Tamborini y la Bioquímica Marcela Cedrola cuyos C.V. les otorga reconocimiento internacional. También se le manifestó que, además, se le realizaron análisis de pigmentos y fibras y se le colocó un termohigrometro para medir la temperatura y humedad interior. Las especialistas sugirieron la importante conveniencia de realizarle un tratamiento especial, a fin de quitarles algunas manchas, producidas por un condensamiento de la humedad, en oportunidad de filtrarse agua de lluvia a través del techo de la capilla santiagueña, antes de 2020.

Asimismo, se le transmitió que las especialistas recomendaron también y muy especialmente, cambiar la caja museológica por una profesional, que en 2014 no pudo realizarse debido a que los fondos reunidos por la Orden de los Dominicos, eran insuficientes. Se le manifestó también que, si bien es cierto que legalmente y por herencia histórica, la Sábana Santa Santiagueña es propiedad de la Orden Domínica, es también uno de los bienes más preciados de la comunidad santiagueña.

Fue por siglos culto de devoción de los feligreses locales hasta la actualidad, por cuanto es indispensable mantener su presencia insoslayable en Santiago del Estero. Para ello es imprescindible agotar los medios posibles para su cuidado y conservación en el lugar de origen, evitando movimientos que puedan lacerar no solo el sentido de pertenencia de la comunidad, sino también su integridad.

¿Qué pudo haber dado origen a la vieja versión?

Es difícil desentrañar desde la actualidad, el origen de aquella errónea versión de que la Sábana Santa que se encuentra en Santiago del Estero, era uno de los dos mantos que habrían protegido el Santo Sudario de Turín y que había copiado la imagen de Cristo, por su contacto.

Indudablemente, al tratarse de una de las reliquias de devoción, considerada así dado su contacto con el original al ser realizada la copia, es consecuente inferir que el hecho de hablar de “contacto” y de conocer la historia de los dos mantos envolventes, haya provocado la confusión y generado la versión que por siglos fluctuó en el imaginario de la feligresía católica.

A ello se puede agregar que, para los contemporáneos de la colonia, especialmente los naturales, les haya resultado un hecho de difícil explicación, que generalmente se resuelven a través de un “relato”, que satisface sus demandas de “veracidad”.

La modernidad y los recursos tecnológicos que actualmente se disponen, han permitido objetar ese discurso e instalar la verdad histórica de esta Reliquia Venerable, que hace más de 400 años habita la ciudad de Santiago del Estero y forma parte del patrimonio genuino de todos los santiagueños.

AUTORAS

Alicia Guevel. Historiadora e investigadora. Graciela Paladea. Estudiosa de la Sábana Santa. Coautoras del libro sobre la Sábana Santa santiagueña de pronta publicación.