Reliquias sagradas de Santiago del Estero Reliquias sagradas de Santiago del Estero
En la parroquia Nuestra Señora
de Loreto se encuentra un antiguo
Relicario de Primer grado, único
en sus características, en la provincia
de Santiago del Estero que según
se desprende de una inscripción
que está en su interior dataría
de 1847. Según la tradición, el mismo
contendría reliquias de San Pedro
y San Pablo quienes fueran discípulos
de Jesús. Pedro fue el primer
Papa y Obispo de Roma. Este
objeto de culto fue enviado hacia la
Iglesia de Loreto (Italia) posiblemente
en 1870 por el papa Pío XII.
El actual Santuario Internacional
de Loreto más tarde en 1903
desempeñándose como Cardenal
Rampolla, Prefecto de la Congregación
Lauretana, otorga a la imagen
de Loreto, gozando de las mismas
gracias y privilegios del Santuario
de Loreto en Italia, con fecha
del 13 de marzo de 1903.
Dice el padre Gerardo Montenegro
en el libro sobre Historia
de la Iglesia en Santiago del Estero
(página 102) “al Santuario de
la Virgen de Loreto le están concedidas
todas las gracias e indulgencias
de San Juan de Letrán, de
Santa María la Mayor, de San Pedro
y San Pablo en Roma; de Santiago
en Galicia, de San Miguel en
el monte Gárgaro, de los lugares
santos de Jerusalén y de todas las
demás Basílicas y santuarios del
mundo con privilegios de no suspenderse
ni en el año santo”.
En un informe del diario “La
Defensa” (1904), señala que las
fiestas patronales del 10 de diciembre
de 1903 contaron con la presencia
del gobernador Pedro Segundo
Barraza, quien antes de retirarse
del templo besó unas antiguas
reliquias de la Iglesia loretana.
Es decir que la misma ya se encontraba
en Villa Loreto antes de la
inundación de 1908.
Más adelante en el mismo texto,
dice el párroco Angel Agrelo:
“Con respecto de esto: … los dones
no son para las paredes… la presencia
de la Virgen es la que otorga
el título de santuario”, indica al
finalizar su argumentación. Las reliquias
de primer grado a las que se
hacen referencia en la nota tienen
casi tanta importancia como la talla
histórica de la Virgen de Loreto
quizás sea importante disponer de
otro altar para albergarlas.
El interior del relicario loretano
da una probable fecha 1847. La astilla
que a veces sangra contiene en
su interior parte del cuerpo de San
Pedro y San Pablo que la Iglesia de
Roma festeja todos los 29 de junio.
Tiene escrito, también en latín tipo
vulgar y un dibujo de una cruz
al revés. Con la misma se hace referencia
a los martirologios con la
cruz a la inversa de los santos católicos
“Pedro” y “Pablo”. Porque
aquellos no quisieron ni se sentían
dignos de morir como su Señor.
Todos esos objetos están envueltos
en un purísimo lienzo muy
antiguo.
Para finalizar es bueno agregar
primero que el actual Santuario
de Loreto fue inaugurado en
ocasión de la Coronación Diocesana
de la “Mamaychis Loretomanta”
el 10 de abril de 1942 (archivos
parroquiales), con el entonces
párroco Angel Agrelo. Y segundo,
que las reliquias de San Pedro y
San Pablo, como apunta Concilio
de Trento, merecen su altar o iglesia
para ser veneradas por los peregrinos
en el lugar.
“El Cristo de la Agonía”, un antiguo patrimonio religioso loretano
En el paraje de Perchil Bajo, a 18 kilómetros
de Loreto, doña Nélida Salvatierra
de Mattar atesora la tradición oral heredada
de sus ancestros sobre la historia del
Cristo de la agonía, aquella imagen tallada
en madera que fuera rescatada del río
y que perteneció a la primera capilla que a
principios del siglo XIX fuera construida en
la antigua Villa Loreto.
Según el archivo de la Escuela N° 403
de la localidad de Perchil Bajo fue “la señora
Bárbara Chari de Bour, quien rescató
la imagen del Cristo de la Cruz (…) la
misma tallada sobre madera, fue trasladada
hacia Chimpa Machu (Costado viejo).
Es decir hacia el otro lado del río Dulce.
Pues el párroco de Villa Loreto, Juan María
Retambay, había levantado los objetos
de culto, entre ellos, la imagen de la Virgen
de Loreto, después del desgraciado hecho
de 1908, hacia Villa San Martín, excepto el
Cristo en la Cruz, que quedó en la Sacristía,
probablemente por su importante tamaño”,
reza la descripción narrada por la
señora Carmen Lazarte, antigua pobladora
de Villa Loreto.
Hoy, la imagen permanece en la pequeña
capilla del paraje Perchil Bajo. Según
explica la profesora María Inés Soria
de Neder “los perchileños” son hermanos
de los loretanos, pues poseen la misma
Madre María y origen, sólo los separa
el ahora apacible Mishqui Mayu. Además
aquellos son legítimos hijos de la desaparecida
Villa Loreto, que por circunstancias
ya conocidas debieron refugiarse en Perchil
Bajo después de las inundaciones de
1908 y 1909 por lo que les corresponde en
herencia, parte del antiguo patrimonio religioso loretano.