El Papa proclamará santo a Artémides Zatti, el enfermero de los humildes de la Patagonia

Desde hoy, la Argentina tendrá su tercer santo, el primero no religioso, cuando el papa Francisco canonice en Roma a Artémides Zatti, conocido como el enfermero de los pobres de la Patagonia, en una ceremonia que tendrá lugar en Roma a las 10.30 de esa ciudad, las 5.15 de nuestro país.

Artémides es tío abuelo de fray Eduardo Zatti, conocido en nuestra ciudad como "Padre Zatti", quien se desempeñó como párroco en San Francisco, y quien concelebrará con Francisco la misa central de la canonización, por lo cual dijo sentirse "muy contento", y que rezará por los santiagueños.

En la Argentina el milagro que lo declaró beato fue por la recuperación del sacerdote salesiano Carlos Bossio quien sufrió una septicemia múltiple en la década del 80, estuvo más de un mes internado en el hospital Muñiz de Buenos Aires y después que los médicos le retiraron la medicación, porque consideraron que no había más alternativas, el religioso se recuperó.

La Iglesia supo que sus compañeros de seminario habían hecho dos novenas a Don Zatti pidiendo su recuperación y se consideró como el primer milagro.

El otro ocurrió en 2016 en Filipinas, donde una persona sufrió un accidente cerebro vascular (ACV) masivo, y los médicos dijeron que no tenía salvación. El paciente tenía un hermano que también era Coadjutor Salesiano y fue él quien invocó a Zatti para su curación y el hombre sanó sin secuelas y eso se consideró un milagro tras la rigurosa investigación realizada por la Iglesia.

Más gracias

En una entrevista realizada por la revista católica Aleteia a Pedro Pesatti, actual intendente de la ciudad de Viedma y que estará hoy en la ceremonia, contó la historia vivida por su padre, Alberto Pesatti, quien le aseguró que Artémides Zatti fue quien lo curó de una terrible enfermedad.

Alberto Pesatti tenía 13 años cuando sufrió de tuberculosis, todavía no había antibióticos para combatir la enfermedad, y estaba en peligro inminente de morir, incluso recibió la extremaunción, sin embargo la atención constante del enfermero Zatti le salvó la vida.

"Mi papá jamás atribuyó su curación a nada más que  no sea la presencia de Zatti a su lado. Nunca dijo: ''''Me curó porque era uno que tenía poderes especiales''''. él siempre recordaba su amor a los más pobres, su alegría y generosidad, aún en tiempos de muchas privaciones", contó el intendente de la ciudad de Viedma.

Recordó que, en otra ocasión, "mi padre siendo chico se hirió la mano con una herramienta de labranza, un corte terrible. Mi abuelo lo trajo al Hospital San José para que lo curen. Zatti lo cosió. Mi papá decía que le había hecho un tortón en la mano. tortón, acá le llamamos a algo desprolijo".

Y comentó que, en los almuerzos familiares y con los amigos comunes, su papá contaba que "inexplicablemente", a pesar de ese "nudo desprolijo" cosido por Zatti, en aquella "terrible herida" en su mano; no se veía la cicatriz, "hay que mirarla con lupa", decía.

Francisco le pidió por nuevas vocaciones

En la publicación de Aleteia, se hace especial mención a que el papa Francisco también tiene gran devoción por Zatti, pues gracias a su intercesión, cuando fue Provincial de los jesuitas en Argentina, obtuvo numerosas vocaciones de hermanos laicos para la Compañía de Jesús.

él mismo lo escribió en 1986 en una carta a un salesiano argentino, Don Cayetano Bruno SDB. Una carta que está incluida en la causa.

Para el también intendente de Viedma, Pedro Pesatti, que participará en la ceremonia de canonización de Zatti en el Vaticano, no cabe duda de que hay “un enorme simbolismo” de fondo en este reconocimiento a la intercesión de Artémides Zatti por el incremento de buenas y santas vocaciones en el campo de la asistencia al enfermo.

Oración y la ayuda a una muerte en paz

Según el relato en Aleteia, Pedro Pesatti contó que su padre Alberto, ya mayor, estaba enfermo, y el sacerdote Juan Edmundo Vecchi, rector mayor de los salesianos, vino a darle una bendición dadas sus condiciones.

"Padre Vecchi dijo: ''''Le voy a dar una bendición en el nombre de ese tipo que conocimos los dos: una bendición de Zatti. Puso la mano en su pecho y rezaron. Mi viejo falleció unos años después en paz". Vecchi, era sobrino de Zatti.

Pedro Pesatti afirma que era "un hombre descomunal. Nunca tenía plata para mantener el hospital. Siempre le faltaban remedios y le faltaban camas. Dormía en el piso y entregaba su colchón a los enfermos". Por esto y más, insistió, "todos decían que era santo, pero nadie imaginaba que llegaría el momento de su canonización por un papa, además argentino".