¿Surgen más enfermedades raras o sólo las que se detectan? ¿Surgen más enfermedades raras o sólo las que se detectan?
El surgimiento cada vez
más frecuente de enfermedades
zoonóticas (de origen
animal) sumado a sistemas
de vigilancia más alertas como
consecuencia de la pandemia
por coronavirus son las
principales causas enumeradas
por especialistas a la hora
de explicar por qué aumentan
las noticias sobre enfermedades
que generan alarma a nivel
mundial.
“La pandemia nos dejó hipersensibles
y entonces el
surgimiento de enfermedades
nuevas que antes pasaban
desapercibidas hoy son noticia,
la comunicación es mucho
más rápida y hay más interés”,
indicó el médico infectólogo
Martín Hojman.
El especialista aseguró que
“siempre hubo brotes de enfermedades
raras en la historia,
pero el desmanejo ecológico,
el aumento de territorios
invadidos por el hombre, la falta
de cuidado ambiental, el aumento
de la pobreza y las condiciones
de vida de muchísimas
personas son caldo de
cultivo para que estas enfermedades
aparezcan”.
En el mismo sentido, Pilar
Fernández, investigadora argentina
de la Escuela de Salud
Global Paul Allen de la Universidad
del Estado de Washington,
indicó que “hay distintos
aspectos clave en la
emergencia de enfermedades
zoonóticas como la viruela del
mono”.
“En esta nueva era que llamamos
antropoceno hay un
aumento en la emergencia de
enfermedades zoonóticas, es
decir que estos saltos entre
los patógenos que están circulando
entre los animales
hacia humanos, los animales
domésticos y ganado han definitivamente
ido en aumento
por varias razones”, sostuvo.
Entre las causas, Fernández
señaló que “el cambio climático
es un factor importante,
sobre todo el cambio en el
uso de la tierra y cómo los humanos
y las actividades económicas
están modificando
las tasas de contacto entre
los animales y las personas y
entre los animales silvestres
y los domésticos”.
“Pero más allá de que están
surgiendo más enfermedades,
también estamos midiendo
más y tenemos muchísimas
más herramientas para
detectar estas enfermedades
emergentes”, apuntó.
Fernández aseguró que
“todavía tenemos un montón
de incógnitas y cuestiones a
resolver para poder prevenir
futuras pandemias y eventos
emergentes; por ejemplo, una
acción sería hacer vigilancia
en los animales silvestres y
detectar cuáles son los reservorios”.
“Otro tema de la vigilancia
es poder determinar por
qué está habiendo una desconexión
entre el lugar donde se
dan los saltos (de los patógenos
de los animales a las personas)
y donde se producen
los brotes”, explicó.
INVESTIGACIóN CIENTíFICA
Cada aparición se convierte en nuevo material de estudio
El 15 de abril de 2022, la
Organización Mundial de la
Salud (OMS) publicó un alerta
a raíz de 10 casos de hepatitis
aguda grave de causa desconocida
en niñas y niños en
el Reino Unido, y según la Organización
Panamericana de
la Salud (OPS) hasta el 10 de
mayo se habían notificado 348
casos probables en 21 países,
incluyendo 26 niños que requirieron
trasplante hepático.
“Si bien siempre hubo casos
de hepatitis en los que
no se puso determinar el origen,
éstos últimos casos llamaron
la atención porque se
vieron varios similares en todo
el mundo y todavía no se sabe
bien a qué atribuirlo”, describió
Hojman, integrante de
la Sociedad Argentina de Infectología
(Sadi) y médico del
Hospital Rivadavia.
El infectólogo dijo que una
de las hipótesis que está cobrando
mayor relevancia es
que “es consecuencia de una
hipersensibilidad inmunitaria
post Covid-19 que puede gatillarse
en el contexto de otra
infección por otro virus”. Entre
los motivos por los que se
pueden estar dando estas hepatitis
“se plantea que puede
haber una mayor susceptibilidad
a los adenovirus por la
falta de exposición previa que
se dio durante la pandemia o
que puede existir un aumento
excepcional de los casos de
adenovirus”, señaló
En relación a la viruela de
los monos o símica - de la que
se están reportando casos en
Reino Unido, España, Francia,
Alemania y otros países- Hojman
recordó que “se trata de
una infección que ya se conocía
en áfrica, y que en la actualidad
no la transmiten los monos sino
que es a través de otros roedores
y existe la transmisión humana
a través de gotas respiratorias
y fluidos”.
Los síntomas son dolor de
cabeza, muscular, decaimiento
y erupciones; y en la gran
mayoría de los casos se cura
sola.
“Si bien nos falta saber
muchísimo, al menos hasta
ahora no parece que vaya a
ser un problema para la salud
pública”, añadió.
Por su parte, Fernández
afirmó que “una de las incógnitas
que tenemos es que no
sabemos cuáles están siendo
los reservorios silvestres;
entonces es muy difícil prevenir
e identificar dónde se van a
dar los brotes”. l