“Siempre hubo una gran participación de mujeres en la ciencia, pero en escalafones inferiores” “Siempre hubo una gran participación de mujeres en la ciencia, pero en escalafones inferiores”
Maria Toscano Adamo es ingeniera
agrónoma recibida en el año 2017 de la
Facultad de Agronomía y Agroindustrias
(FAyA) de la Universidad Nacional de Santiago
del Estero (Unse). Actualmente se
encuentra investigando sobre tolerancia
al estrés hídrico del cultivo de melón por
medio de aplicaciones foliares de extractos
ricos en antioxidantes.
Es integrante
de proyectos de investigación de dicha
facultad, y su lugar de trabajo es el Laboratorio
de Antioxidantes y Procesos Oxidativos
(Lapo x Unse).
Sobre su trabajo de investigación específica
en la actualidad, Toscano Adamo
se refirió al cultivo del melón y la aplicación
“foliar de extractos naturales ricos
en antioxidantes” sobre el cultivo de melón,
con el objetivo de generarle tolerancia
al estrés hídrico. Sobre ello, contó la
investigadora:
“Se sabe que la sequía o falta de agua
es considerado el estrés abiótico de mayor
incidencia en el crecimiento de las
plantas y es de especial interés en los sistemas
agrícolas en donde causa grandes
pérdidas económicas.
Actualmente,
a nivel mundial el melón se destaca como
una de las especies más importantes
y demandadas entre los cultivos hortícolas.
Santiago del Estero ocupa el segundo
lugar en producción nacional, por lo que
esta actividad genera un gran impacto
económico-social, debido a la fuerte mano
de obra que esta conlleva”.
“Una particularidad que presenta esta
especie son los altos requerimientos
hídricos y por otra parte se desarrolla
durante el período estival, cuando la demanda
evaporativa es alta y las precipitaciones
son bajas, por lo que es preciso
recurrir al riego para obtener producciones
que permitan una adecuada rentabilidad
económica.
No obstante, se registran
grandes pérdidas de rendimiento
(aproximadamente del 50%) cuando,
durante el ciclo del cultivo, y más aún en
etapas críticas, se presentan limitaciones
impuestas por una menor disponibilidad
de agua.
“Cuando el cultivo es sometido a estrés
hídrico, así como cualquier otra condición
adversa, se desencadena un conjunto
de reacciones bioquímicas que producen
especies altamente toxicas (radicales
libres) las cuales atacan a otras
moléculas fundamentales para el crecimiento
normal de la plantas.
“Los avances en el área de la fisiología
de la tolerancia al estrés hídrico incluyen
herramientas de la ingeniería genética,
manejo del ambiente y la aplicación
exógena de compuestos bioactivos”.
“Como desventaja de la primera opción,
se puede mencionar la gran complejidad
genética asociada a la respuesta
al estrés hídrico, de este modo algunas
plantas genéticamente modificadas desarrolladas
en laboratorio para adquirir
tolerancia, no mostrarán dicha respuesta
cuando sean expuestas en condiciones
naturales a campo. Por lo tanto una solución
podría ser las aplicaciones exógenas
de compuestos bioactivos o bioestimulantes.
Estos son productos que contienen
sustancias antioxidantes y/o microorganismos,
que cuando se aplican a los
cultivos son capaces de incrementar los
mecanismos de defensa en las plantas y
estimular los procesos fisiológicos en general.
Por otra parte pueden aumentar la
absorción y la eficiencia de nutrientes minerales,
que conduce a un incremento en
la producción y calidad de la fruta. Además
es importante mencionar que esta
herramienta tiene un bajo impacto en el
ambiente por lo que puede considerarse
ecológicamente viable”.
“Entre los compuestos bioactivos
que se utilizan en la agricultura, son muy
conocidos los extractos de origen vegetal
siendo los más utilizados hasta la fecha,
los que se producen a parir de algas.
En nuestro grupo de investigación, nos
encontramos trabajando con extractos
antioxidantes de diferentes fuentes naturales
aplicados a distintos cultivos regionales
sometidos a condiciones estresantes”.
Más allá de tu especialidad
¿cómo te imaginas en el corto
o mediano plazo el impacto
social de dicho trabajo en Santiago
del Estero?
-Pienso que mi trabajo puede llegar
a tener un impacto importante en un futuro,
principalmente pensando en darles
herramientas económicas y sustentables
a los pequeños productores, lo cual
considero de mucha importancia a nivel
provincial, ya que ellos son una pieza clave
en la cadena productiva. Además este
tipo de tecnologías, permitirá que el cultivo
de melón se produzca en zonas que
no cuenten con regímenes de riego, logrando
extender su producción en la provincia.
Si bien mi trabajo se enfoca actualmente
al cultivo melón, no descarto
la idea de poder aplicarlo en otras especies
de interés regional, obteniendo los
mismos beneficios. Creo que las investigaciones
deben llegar a la sociedad, solucionar
problemáticas, es decir que no
sea solo un mero contenido académico,
por lo que la universidad cumple un rol
importante en este vínculo.
¿Cómo crees que se logra
que más jóvenes incrementen
su vocación científica?
-Considero que el acercar a los jóvenes
a la ciencia no solo se da con difusión,
sino que deben brindarse otros tipos
de motivaciones (becas, viajes, premios),
acompañado de actividades escolares
tales como jornadas o talleres,
en donde se muestren las aplicaciones
y usos que la ciencia tiene en la vida cotidiana.
Pienso que se debe quitar el estigma
de la fealdad de la ciencia, de algo
dificultoso, ficticio, y muchas veces visto
como poco real o inalcanzable. Es decir
acercar más la sociedad a la ciencia.
Para ello es necesario que desde el estado
se de una activa participación y continuidad
a programas de estímulo a la vocaciones
científica.
¿Ha aumentado la representación
de las mujeres santiagueñas
en la ciencia? ¿Cuáles
son las áreas que hoy están
ocupando?
-Siempre hubo una gran participación
de mujeres en la ciencia pero en escalafones
inferiores. Esto no sucede en
cargos más altos, siendo mayoría los
hombres. Las áreas que más ocupan las
mujeres son las ciencias sociales, química,
biotecnología y medicina.