La mujer maltratada no es masoquista La mujer maltratada no es masoquista
Todos los días, sin excepción,
las crónicas
policiales se tiñen de
historias de mujeres
golpeadas. Son casos
reales que encierran angustia y desesperanza
en las personas que sufren
violencia verbal, económica y física
en cualquier lugar de la provincia.
Este mal crónico no discrimina
clases sociales. Hay mujeres de todos
los estratos pasándola muy mal
en estos momentos.
El psicólogo y
doctor en sexología clínica Bernardo
Stamateas aceptó hablar con EL LIBERAL
sobre este tema al que desmenuzó
en una entrevista que hoy
ofrecemos con la esperanza de que
sirva para clarificar la situación de
las mujeres sobre las cuales muchos
creen erróneamente, que “les gusta”
que les peguen, que las sometan,
que las violen o las maten.
- Tenemos en Santiago del Estero
una gran incidencia de casos de
violencia contra la mujer, maltrato
y abusos sexuales. ¿Cómo puede la
víctima superar el miedo, animarse
a denunciar y buscar ayuda?
BS: Lo que le sucede a la víctima del
maltrato no es que sea masoquista,
no. Muchas personas les preguntan
“por qué no lo dejás?”. Pero no saben
que ella está sumida en un vínculo
basado en el temor y por eso les
es difícil salir. ¿Cómo comienza este
vínculo? Lo primero que hace un
maltratador es seducir, le aparece
con flores, muestra cariño, etc. Lentamente,
va introduciendo sus actitudes
de control y de descalificación:
“No me gusta que te vistas así”, “Por
qué haces esto…”. Todo ello mezclado
con romanticismo. Lentamente,
en esos cuestionamientos que va
haciendo el maltratador va podando
la estima de la mujer para establecer
un vínculo basado en una lógica perversa:
“Vos no podés, yo sí”. Entonces,
a medida que establece esa mezcla
de enamoramiento y de descalificación
va aumentando la descalificación,
va podando la estima y ya
abiertamente comienza con los insultos,
luego ya la controla, la descalifica
permanentemente, y la persona
queda atada en un vínculo de
miedo: “Yo no puedo vivir sin él”.
- ¿Cuál es el rol de la familia en
todo esto?
BS: La familia, los amigos, todos deben
armar una red en torno de la persona
maltratada. Debemos acompañarla,
escucharla. No acusarla ni tratarla
de masoquista porque esto no
es así. La familia deben acompañarla
a la terapia, a recurrir a un buen abogado.
Es decir, esta red debe acompañarla
a todos los lugares donde ella
pueda reconstruir la estima. Tengamos
a cuenta que la persona maltratada
a veces siente vergüenza porque
hay gente que le pregunta, “bueno,
pero ¿vos lo trataste bien?, ¿le hacías
la comida que a él le gustaba?”. Todavía
hay gente que pregona ese estereotipo
que la mujer debe estar al servicio
del hombre…
- ¿Hay tipos de maltratadores?
BS: Hay dos tipos. Está el agresivo,
el que además pelea con todo el
mundo, es el explosivo, pero también
está el de la doble imagen. El
que para afuera es el santo, el cariñoso,
pero que puertas adentro es
un maltratador, un descalificador.
Estos tipos pegan porque es la herramienta
que tienen para someter
y controlar.
- ¿Ella es consciente de la manipulación
que sufre?
BS: La persona maltratada, muchas
veces, es la última en enterarse. Por
eso tiene que escuchar a sus amigos,
son un buen termómetro cuando no
nos ven felices, cuando nos ven mal.
Hay que escucharlos porque ellos
son indicadores y nos van diciendo
“no te veo bien”, por ejemplo. Siempre
hay que contar lo que nos pasa.
Se puede dar el caso de una persona
maltratada que angustiada por lo
que vive, quiere suicidarse… Bueno,
ahí estarán sus amigos, la llevarán
al club, a la Iglesia. Hay que acudir
a los amigos, obviamente también al
profesional para buscar ayuda, porque
una de las técnicas que tiene el
maltratador es aislar a sus víctimas.
- Muchas tienden a culparse por
lo que les pasa...
BS: Sí, claro, se culpan. Siempre antes
de un golpe físico hay un golpe de
palabra. El maltratador es una persona
insegura, frustrada, está enojada
consigo misma, con la vida y desplaza
su enorme inseguridad a través
del control hacia otros. El objetivo
del maltratador no es pegar sino
dominar y someter. Como no puede
lograr un proyecto a través del amor,
de la libertad, del respeto, busca el
sometimiento del otro, lo cosifica. El
otro es un objeto de su pertenencia.
Por eso muchos matan, “si no sos
mía no sos de nadie”, “vos sos un objeto
de mi propiedad”. Hay que saber
que el gran temor del maltratador
es el miedo al abandono, miedo
a ser dejado, queda desamparado
psicológicamente. Por eso, el otro
es como un abrigo que lo viste y de
allí los celos, el control y la manipulación.
Una de las técnicas que utiliza
es meter culpa: “Yo sufrí por vos”,
“Ves que me amargas el día”, “Si vos
no me provocas yo no exploto”. Mete
culpa. La culpa y el miedo son las
dos herramientas que utiliza el maltratador
para controlar.
- En el noviazgo ¿es posible ver
los síntomas de un golpeador?
BS: Claro que sí. Pero es importante
decir que no hay que saltear el noviazgo.
No hay que quemar etapas,
no hay que ir a convivir con la persona,
no hay que apresurarse porque
el verdadero amor espera. No
hay que saltar la etapa del noviazgo
por lo menos un año, porque cuando
uno está enamorado hasta los errores
del otro parecen perfectos. ¿Cuáles
son las señales de alarma? El control,
la descalificación, el intento de aislamiento
de los amigos, cualquier tipo
de agresión verbal, cualquier empujón,
cachetazo, humillación delante
de los demás. Todas esas son señales
que no se curan con el tiempo sino
que son indicadores de que la violencia
siempre va en aumento y puede
terminar con la muerte.
- ¿Se puede salir de ese drama?
BS: Se puede salir, ya dijimos conayuda del entorno, de un profesional.
Y cuando la persona se logra separar
del maltratador, tiene que hacer
una lista de señales de alarma
pensando en el futuro, que la trabajamos
en terapia. Es buena rehacer
su vida, pero hay señales de alarma.
Si conoce a una persona separada,
eso no es una señal de alama. Señal
de alarma son los gestos de intento
de control, la descalificación. Entonces,
la persona tiene que saber cuáles
son las señales de alarma ¿para
qué?, para que en un nuevo vínculo
cuando aparece el control, los celos,
la humillación, hay que salir corriendo.