ANÉCDOTAS DE TAXI | ¿Crisis? ANÉCDOTAS DE TAXI | ¿Crisis?
Ni una se llama Mariela, ni la otra se llama Belén.
Pero viajaron conmigo en un día cualquiera, desde un barrio al sur de la ciudad, hasta la zona del Ministerio de Bienestar Social. Amigas, muy amigas, "¡casi hermanas!" -según afirma Belén.
Ambas madres solteras, por esas cosas del destino, y por esas mismas cosas, fue que también me comentaron que estaban desocupadas... Una con 18 años recién cumplidos, y la otra con 20. Las dos terminaron el secundario de Bachiller, y aún así, "con los críos", -afirmó Mariela, es imposible trabajar...
Yo tomé parte en el asunto, pero no de metido, como normalmente suelo ser; sino que ellas me daban parte de la conversación, y esperaban que opine.
Sus temas estaban centrados en la pobreza, la desgracia, la mala suerte, y la indiferencia...
Por supuesto que cobraban la Asignación...
Por lógica estaban agradecidas de un Gobierno, e indignadas de otro. La cuestión principal, era, según ellas, no tener quién les vea los chicos mientras ellas trabajan...
Ahí es dónde metí la cuchara, porque ambas, echadas por sus padres, sin pareja, y con los niños, alquilaban ésa piecita precaria en el B° Malvinas Argentinas.
Lo que yo les dije, no fue nada sabio, erudito ni magistral... Sólo me surgió por el sentido común, y por la ingerencia que ellas me daban. Solo se me ocurrió:
-¿Por qué una no se queda con los dos niños y la otra sale a trabajar y le paga como niñera?
Cuando me miraron, se miraron primero ellas, y hasta temí que me respondan negativamente y de mala manera.
Calculo que esa vez podría ser febrero o marzo del año 2009.
Las volví a llevar un par de veces más, porque en aquella época se estilaba dar el número de celular a todos para que te llamen, (algo que ahora es un problema), y luego las dejé de ver. Yo sólo sabía sus nombres, que les reitero, no son éstos, pero ellas sabían mi nombre y apellido.
Entre la semana que va de la Navidad hasta fin de año, recibí una solicitud de amistad de una de ellas.
Belén fue la que salió a trabajar en una casa de familia, hizo unos cursos de cocina, y hoy tiene una rotisería en el Oeste de la ciudad.
Mariela en cambio, se recibió de Maestra Jardinera, en la planta baja de la misma institución dónde yo hago el Profesorado, mientras Belén, que llegaba a las 15hs, ya se hacía cargo de los polluelos, y la dejaba estudiar.
Cada una tiene casa propia. Mariela espera su segunda nena. Belén se quedó con su Pablito nomás, que en octubre cumplirá 12.