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EL LIBERAL . Santiago

¡Él vive y actúa en nosotros y en la historia!

01/04/2018 01:01 Santiago
Escuchar:

¡Él vive y actúa en nosotros y en la historia! ¡Él vive y actúa en nosotros y en la historia!

N ues t ro canto

agradecido,

que nace

de un corazón

conmovido y

creyente por

que vio y experimento las maravillas

de nuestro Dios. El Dios

que nos creó, nos recreó en la Resurrección

de su Hijo Amado. Es

nuestra Esperanza. ¡La muerte

fue vencida!

Jesús es la Vida que se trasmite,

comparte y brinda a los hombres

y mujeres que caminamos

en la historia en medio de tanto

dolor, desesperanzas, egoísmos,

mezquindades y mediocridades.

En este Día renovamos el júbilo

que es como un óleo que se derrama

en corazones humildes y

confiados en la bondad de nuestro

Dios.

“La muerte y la vida se enfrentaron

en un duelo admirable,

el Rey de la Vida estuvo muerto

y ahora vive” (secuencia pascual)

Una lucha muy desigual:

todos los poderes inmensos de la

Muerte y un Pobre hombre “casi

sin figura humana” que soñaba

y proponía y traía un mundo

distinto: un mundo donde hubiera

lugar para todos, viviendo con

dignidad, con esperanzas.

Cuando parecía que todo estaba

perdido, que no había esperanzas,

que el Proyecto de Amor

de Jesús había fracasado… hubo

un amanecer donde irrumpió la

Vida con toda su fuerza y renovó

la historia de la humanidad.

Parecía que todo el Amor entregado,

que la Verdad proclamada

era sepultada para siempre,

que no había horizontes para

la justicia, la dignidad, la fraternidad,

para un mundo más

humano, más justo, más digno,

más pacífico para todos.

Con María Magdalena podemos

cantar “hemos visto el sepulcro

del Cristo Viviente y la

gloria del Señor Resucitado”.

¡Toda la desazón, el descreimiento,

la tristeza quedaron atrás!

En la mañana del domingo

irrumpió con fuerza una Noticia:

el sepulcro está vacío: no robaron

el cuerpo de Jesús. ¡Ha resucitado

y está Vivo!

Es el Señor y está vivo para

siempre: esta noticia se divulgó

en todos los lugares del mundo…

y sigue siendo la Buena Noticia

para todos. Hay algo Nuevo:

hay Vida Nueva y para siempre!

el Amor ha vencido y vale la pena

apostar por el Amor. La Verdad

brilla en las tinieblas del error, de

la mentira y la hipocresía.

El Señor Resucitado nos regala

y recrea esta Vida. Ya la recibimos

en el Bautismo y la renovamos

en cada Pascua. Por eso

es nuestra obligación Cuidarla

y Defenderla. Es nuestra obligación

como Cristianos, como Bautizados,

defender la Vida desde

su concepción.

El Resucitado nos ofrece esta

Luz y este Amor como gracia

abundante. Solo necesita corazones

abiertos, corazones humildes

y necesitados. Solo necesita escuchar

“ven Señor y obra en nosotros”.

Creer en la Resurrección es

abrir las puertas a algo inédito: y

ese algo es el poder del Amor que

transforma la vida y la historia.

En este Año de los Jóvenes

sentimos que es un sueño que

puede ser realidad: CON VOS

RENO VAMOS LA HISTORIA.

Arraigados en Jesús Crucificado

por amor y Resucitado a una

Vida nueva se renuevan nuestros

sueños de un mundo, de una patria,

de un Santiago distinto.

Soñar es muy propio de los jóvenes:

sueñan con el amor, con

autenticidad, con belleza, con

igualdad de oportunidades, en

la realización de legítimas aspiraciones

para vivir en un mundo

más humano, más justo, fraterno.

¡El triunfo de Jesús es fundamento

serio de los sueños! Es posible

un mundo distinto: a pesar

que el Reino padece dolores de

parto…a pesar que muchos les

digan con palabra y gestos: “Son

sueños irrealizables”.

Desde aquella Bendita mañana

de la Resurrección se puede

soñar y esperar un mundo nuevo.

Solo necesitamos entrar en la lógica

de Jesús: “si el grano de trigo

que cae en la tierra no muere

no puede dar fruto”. Y nosotros…

¿a que debemos morir?

Nos hace falta morir al egoísmo,

a la búsqueda de intereses

mezquinos e individuales, a evasiones

que nos apartan de la realidad

a veces dura e incomprensible

que debilita. Morir a placeres

que nos hacen creer que es

amor. Morir a aislamientos que

nos impiden ver y sentir el dolor,

la marginalidad, la exclusión

de muchos jóvenes. Porque solo

muriendo a esto podemos soñar

y realizar un mundo nuevo.

Escuchamos “esto es muy duro”

¿quién puede entender este

lenguaje? ¿No serán bellos pensamientos

y sueños irrealizables?

El testimonio de tantos hombres,

mujeres, jóvenes es una

prueba irrefutable y viviente de

la realidad de sueños: la vida de

los apóstoles después de la Resurrección,

consagrados y laicos

que sembraron con la semilla de

la Buena Noticia recorriendo y

anunciando y dando la vida por

el Reino, los misioneros que dejaron

todo –familia, bienes, seguridades-

para ir “de pueblo en

pueblo” aún los más lejanos, proclamando

que Jesús Resucitado

está presente y actúa en la historia.

él puede cambiar todo. Es

una fuerza incontenible.

Tenemos evidentes ejemplos

de ese Sí a Jesús. Ejemplo de personas

que vivieron en carne propia

ese amor de Jesús Resucitado

y quisieron proclamarlo para

que los demás se enteren y lo vivan

como ellos…

Nuestro Santo Cura Brochero

y la Beata Mama Antula que escucharon

la voz del Señor y lo dejaron

todo para anunciar el Reino:

salieron a los caminos, se

acercaron a los alejados, los olvidados,

los castigados por sistemas

y personas, ofrecieron su

vida y su don para hacer vivo el

Amor de Jesús.

Hoy entre nosotros hay jóvenes

que olvidándose de sí, de sus

gustos y proyectos muy personales

dejaron afectos, comodidades

y seguridades: están sirviendo

junto a jóvenes heridos y sumidos

en las adicciones, otros asistiendo

enfermos y abuelos abandonados,

otros, haciendo de su

profesión un servicio a los pobres

y excluidos, otros, misionando

en lugares marginados, alejados

acercando el amor de Jesús. Jóvenes

que descubrieron que el

gesto de Jesús lavando lo pies a

sus amigos es una vocación que

llena el corazón humano.

Solo el amor hecho servicio

nos recompensa con una Alegría

que nadie nos puede dar. Esta

Alegría se renueva y rejuvenece

unidos a Jesús, la Vid verdadera,

sirviendo generosamente a nuestros

hermanos.

Con el Papa Francisco decimos

“la resurrección de Cristo

provoca por todas partes gérmenes

de un mundo nuevo; y aunque

se los corte, vuelven a surgir,

porque la resurrección del Señor

ya ha penetrado la trama oculta

de esta historia, porque Jesús no

ha resucitado en vano. ¡No nos

quedemos al margen de esa marcha

de la esperanza viva! E.G.

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Les deseamos una experiencia

viva del Cristo Resucitado. ¡él

Vive y actúa en nosotros y en la

historia! Con El servimos al Reino

de la Vida. Querido pueblo de

Santiago, reciban la Gracia y la

Paz de Jesús Resucitado.

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