ANÉCDOTAS DE TAXI | ¿Dame una manito? ANÉCDOTAS DE TAXI | ¿Dame una manito?
¡Nunca lo podré olvidar!
Trasladé “chorros”, parturientas, curas, y primeras damas…
Sordos, mudos, ciegos y obesos; cultos, ortodoxos, eruditos y judíos…
Sin embargo, este viaje fue inolvidable por sus connotaciones, y por mi calzoncillo.
Era de madrugada, y regresaba de la ciudad de La Banda, finalizando otra jornada nocturna.
Primero escuché unos silbidos, y luego divisé los ademanes que me hacían varias personas, desde atrás del alambrado, que cercaba un galpón. Era zona del Parque Industrial.
Se aproximó un obrero y me advirtió que llevaría a un compañero que se accidentó en la mano.
Lo urgente tuvo prioridad, y en compañía de dos más, lo subieron al taxi. Me rogaban que vaya rápido, porque la ambulancia tardaba.
El hombre en cuestión, se retorcía y gritaba de dolor; y cuando tomábamos la autopista, en una rotonda, interceptamos a la “retrasada” ambulancia.
Sentí alivio por derivarlo a un vehiculo apropiado, y con personal idóneo.
Ya había cruzado el puente del Río Dulce, y por la radio de la base me pidieron que regresara al lugar del accidente, porque tenían que entregarme algo que se me cayó del auto…
Sin preocuparme que podía ser, supuse que se trataba de un cubre llantas que andaba medio suelto.
Al llegar, el mismo chango de la primera ocasión, corrió hacia mí, y me entrego una bolsita que contenía “la mano” del obrero que llevé…
No me dió tiempo de negarme… tampóco tendría excusas…
La puse en el piso, sobre la alfombra de goma del asiento delantero, y la miré “de reojo”. Aún sangraba.
¡Ni lóco apagaría la luz del habitáculo! Como cuatro padrenuestros habré rezado en el camino...
¡Qué lastima que a don Humberto Luna no se la pudieron reimplantar!
Igual, con el corazón que tiene, es como si le sobraran manos…¡CHOQUE LOS CINCO!