Hondo pesar en la música santiagueña por la muerte de Ale Bravo

El reconocido músico santiagueño Alejandro Bravo, dejó de existir tras padecer una larga dolencia.

Se trata del hijo de la poeta santiagueña Elsa Corvalán, autora de la poesía “Canto a Monte Quemado”, inmortalizada musicalmente por el cantor Onofre Paz de Los Manseros Santiagueños.

Esta mañana, sus amigos y familiares habían solicitado con urgencia dadores de sangre de cualquier grupo sanguíneo, mientras permanecía internado.

Su amigo y colega, “Tucho” Ruffa recordó cuando Alejandro solía integrar como guitarrista del mítico conjunto “Tucho Ruffa y La Calle”, renombrada banda de fusión de Santiago del Estero, que hasta hace unos años tuvo una breve reaparición.

“Con Ale éramos muy cercanos. Lo sentí como un niño lleno de inquietudes y de sueños, con una familia emblemática dentro de la música santiagueña, por todo lo que significó su abuelo el “Nono” Corvalán, y su madre Elsita. Tenía u buen corazón, un gran músico que supo compartir todo su conocimiento con mucha gente”, evocó Ruffa, en diálogo con EL LIBERAL.

Por su parte, Roxana Alieno, integrante del conjunto vocal femenino “Soles y Lunas”, lo calificó como “una gran persona, muy allegada a mi familia, alguien que siempre va a ser un ser muy admirado por todos nosotros. Ha sido una persona muy querida en el ambiente musical de Santiago”, relató la cantante sobre Bravo, quien en diversas ocasiones junto al ex grupo La Mezcla, supo compartir escenario.

Alejandro Bravo desplegó su arte musical dentro del folclore como en el rock y el blues. Entre ellos, lo hizo como guitarrista de Tucho Ruffa y La Calle, La Gran Siete, Verónica Sardaña, entre otros conjuntos y solistas.

Sus restos serán velados en una sala de Pedro León Gallo.