Una maestra contó que su fe por Mama Antula la sanó Una maestra contó que su fe por Mama Antula la sanó
Diana Luna es una maestra jardinera santiagueña, devota de María Antonia de San José, a quien le atribuye la bendición de haberla sanado. Ella es servidora de la Iglesia y cuando estaba preparando el servicio para cantar en la ceremonia de beatificación de Mama Antula con el Ministerio "Jesús es el Mesías" de la parroquia Santo Cristo, sufrió una descompensación que la obligó a hacer reposo por varias semanas, pero le pidió a Dios que la sanara por intersección de la beata.
"Estaba en cama con pancreatitis, después de varios días y de muchos estudios realizados para saber de qué se trataba esto realmente, bajaron todos los niveles que tenía altos. Había hecho picos de azúcar y estaba muy descompensada. De repente, todo bajó a niveles normales abruptamente. Se sabía que tenía pancreatitis, pero no había un diagnóstico certero, porque se creía que tenía el síndrome de Sjögren, un problema glandular. Pero gracias a Dios esto se ha compensado y no he vuelto a tener más problemas y yo lo tomo como una bendición, una sanación", contó Diana a EL LIBERAL.
Esta vecina del barrio San Martín cuando era niña había sufrido una severa pancreatitis, por lo que los médicos realizaban estudios más complejos para determinar el diagnostico, pero ella se recuperó antes.
"Lo único que podía estabilizar era el reposo, a veces tomaba antiflamatorios. Cuando fui a la consulta realmente no podía creer la doctora. Yo le dije que para mí era una bendición, porque sanarse de una pancreatitis reiterada era difícil. Cuando me bajaron los valores ella estaba sorprendida. Le conté que le había pedido a María Antonia por mi sanación y que esto era una bendición", dijo. Y añadió: "Durante todo el proceso estaba muy tranquila, yo sabía que esto venía de Dios".
Diana conoció la vida y obra de Mama Antula cuando se preparaba para cantar en su beatificación, donde pudo estar luego de haberse recuperado de su enfermedad. "Ese día me emocioné mucho, sentía una alegría inmensa. Estaba sana y fue algo maravilloso estar ahí y servir al Señor", remarcó.