Científicos explican por qué se ven más alacranes ahora Científicos explican por qué se ven más alacranes ahora
Dos pequeñas fallecidas en Córdoba. Un niño del barrio porteño de Palermo que soportó cuatro paros cardiorrespiratorios. Consultas que se multiplican en los hospitales y el encargado de un edificio de Recoleta que se dedica a ‘cazar’ escorpiones. Durante el verano, el fenómeno de los alacranes encendió las luces de alerta en todo el país.
Los investigadores del Conicet consultados remarcan la incidencia climática en este escenario y describen las características del animal. Conocerlo, argumentan, incrementa las posibilidades de paliar las consecuencias de sus picaduras.
‘Durante esta época siempre hubo casos, pero el incremento de lluvias y la mayor humedad y calor de este año, generaron que la gente vea más alacranes’, explicó Alda González, investigadora del Conicet y especialista en Aracnología. Son animales nocturnos que en ambientes naturales se mantienen ocultos en lugares oscuros, entre escombros, leña, o la corteza de árboles. Las construcciones y la ocupación de espacios por las personas les permitieron colonizar el subsuelo de la ciudad. De allí al hogar, un solo paso, según el diario Infobae.
Tityus trivittatus. Ese es el nombre del escorpión más riesgoso para los argentinos, que se puede encontrar en el centro-norte del país y en Capital Federal. Si bien otras dos especies han causado accidentes mortales en otras provincias, el resto, alrededor de 50 que han sido identificados en la Argentina, no son perjudiciales para la salud.
¿Cómo distinguirlos? Aunque todas sus variantes poseen veneno para cazar su alimento, identificarlos es clave para saber cómo actuar. Según, Andrés Ojanguren, investigador del Conicet que trabaja en el Museo Argentino de Ciencias Naturales, ‘Tityus trivittatus se diferencia de Bothriurus bonaeriensis, la otra variante presente en el territorio porteño, por ser de color amarillo claro con tres líneas oscuras sobre su lomo y tener pinzas muy finas, mientras que Bothriurus es de color castaño oscuro, casi negro, y posee pinzas gruesas’. En los últimos diez años se registraron al menos 50 muertes por esta causa en el país. La toxicidad del veneno afecta con mayor gravedad a los niños, en quienes la picadura es mucho más dañina. Ojanguren explicó que la dosis inoculada usualmente no llega a ser mortal en adultos por la baja relación entre la cantidad de veneno inyectado respecto a la masa corporal.
En cambio, la acción sobre el sistema nervioso de un chico es más efectiva, por lo que la sustancia, compuesta por agua, sales, proteínas, péptidos y pequeñas moléculas, puede llevar a la posterior afección al corazón y los pulmones, originando el temido paro cardiorrespiratorio.