"Necesitamos un cambio cultural, terminar con la viveza que afecta al conjunto de los argentinos"

Por OSCAR GEREZ, Secretario de Redacción

Fotografías, Juan Galván

Tres de la tarde en Buenos Aires. Mientras gran parte de la atención del periodismo nacional estaba puesta en las negociaciones por los tres proyectos en pugna sobre el impuesto a la Ganancias en el Congreso de la Nación, el presidente Mauricio Macri recibió en su despacho a los cuatro diarios referentes del norte y centro del país en un mano a mano que se vio atravesado por los continuos llamados desde la Cámara de Diputados donde se le informaba paso a paso de los pormenores de aquellas tratativas.

EL LIBERAL compartió la mesa donde el jefe del Ejecutivo planteó la necesidad de acompañar los cambios políticos y económicos en marcha con una conversión cultural que atañe a todos los argentinos bajo un concepto de transparencia, trabajo y dejando de la lado “los atajos que desde hace décadas usan los que se consideran vivos para conseguir cosas y que afectan al resto de los ciudadanos de manera crucial”.

Distendido, en el inicio de la charla, fue respondiendo cada una de las preguntas siempre enfocado en la postura de mostrar que la transformación que precisa la República debe involucrar con seriedad a todos sus miembros. Reconoció las deudas que aún representan reclamos de distintos sectores y se mostró optimista en poder salarlas.

¿Podría reflejar cuáles son los objetivos que no pudo cumplir en este primer año de gobierno?

Estamos batallando para lograr que algunas cosas de la macro se empiecen a acomodar, en general el eje nuestro pasaba a principio del mandato por bajar la tensión social, tener una mejor convivencia… creo que eso anduvo bien más allá de que el peronismo-kirch nerismo no ha tenido autocrítica por los errores que han cometido. Hoy se respira una tensión distinta en todo el país

En lo que tenía que ver con evitar otro 2001, fuimos exitosos porque salimos rápido del cepo, se trabajó rápido el tema de los houldouts, se clarificó el tipo de cambio, se liberó el motor más potente que tiene la Argentina que es el campo… y después en el segundo semestre se puso en marcha la obra pública. Se lo hizo como debió haber sido siempre, con transparencia obras que se licitan, que comienzan y que terminan; no como aquellas que estuvieron más ligadas a escándalos de corrupción.

Pero había una prioridad…

La prioridad absoluta para este país, es derrotar la pobreza creciendo sistemáticamente y conectados. Conectados virtualmente, hay que decir que el Arsat está haciendo en buen trabajo conectando 1.400 ciudades y esperemos que con el regreso de la inversión que se lanza, el sector privado haga el resto. Y conectar físicamente también con caminos, aeropuertos, rutas, trenes, aerovías, todo ello es fundamental.

Sin embargo había una expectativa centrada en lo económico

La expectativa puede haber sido orientada más al aspecto económico y me hago cargo de lo que me corresponde en ese aspecto, pero la realidad es que la magnitud del desajuste del país al 10 de diciembre fue tremenda. Muchos me dicen que no explicité suficientemente la herencia que nos dejaron, porque hoy hay quien se pregunta por qué no estamos creciendo. Tal vez crean que la Argentina no estaba quebrada. La verdad es que no crecíamos desde hace cinco o seis años, nos habíamos quedado sin energía, el país estaba en default, había una deuda en cada armario que habríamos acá en Casa Rosada, en cada papel que encontrábamos, y debo decir que en algunos casos no siquiera había papeles…

Si no creemos todo eso, podemos decir que lo que pasa con la economía ahora es imprevisto. Tenemos que considerar que todo ese descalabro que se vio en el diagnóstico que hice el 1 de marzo, permite entender que lo que está pasando en la economía era lo que iba a pasar y que ahora estamos en un proceso de reacomodamiento en el que se empiezan a ver, dos o tres meses más tarde lo que queríamos, algunos indicadores a favor… y que todos los economistas coinciden en que el año que viene la economía va a empezar a crecer después de seis años.