Las seis denuncias impactantes que amenazan con enviar a Manfredi muchos años a la cárcel Las seis denuncias impactantes que amenazan con enviar a Manfredi muchos años a la cárcel
Durante casi un cuarto siglo, el entrenador de básquet infantil Manuel Domingo Manfredi habría abusado de al menos siete menores. El contexto fue la práctica del deporte, devenido en pesadilla para los pequeños, quienes rompieron el silencio ya adultos y por quienes la Justicia acaba de dictarle la prisión preventiva.
El fin del silencio llegó en julio pasado. Una de las presuntas víctimas, Rafael Uriel Grasso, acudió ante la fiscal Jésica Lucas y desgranó su historia. Señaló que entre los 6 y 10 años Manfredi sació sus bajos instintos, apelando a un modus operandi que repetiría con los otros menores: los paseaba en bicicleta; atacaba en horarios ajenos a los entrenos; recurría a regalos; "premiaba" a los permeables a sus abusos y "castigaba" a los reticentes.
En agosto, Manfredi fue detenido y la Fiscalía puso en marcha los engranajes investigativos: indagatoria, pericias, allanamientos, secuestros, testimoniales, pericias para todos los protagonistas, solo por citar las pruebas más trascendentes.
Ahora, la jueza de Control y Garantías, Cecilia Vittar, refrendó la prisión preventiva para Manfredi, enrostrándole diversas imputaciones: "Abuso sexual con acceso carnal agravado por ser encargado de la educación y la guarda"; "abuso sexual gravemente ultrajante agravado por educación y guarda" y "corrupción de menores en concurso real de delitos". Detallamos las historias de las víctimas, preservándose sus identidades.
Gendarmería, escondite y sexo con un adolescente
Víctima A: "El denunciado era mi profesor. Una vez me llevó a un descampado cerca de Gendarmería. No había nadie, se desnudó y me hizo desnudar a mí. No entendía la situación, no dimensioné de lo que se trataba. En otra oportunidad me hizo ingresar en una oficina dentro del club, cerró la puerta, comenzó a tocarme y me besaba. Se escuchó un ruido y me escondió atrás de una tarima de madera. Entró un hombre de entre 16 y 18 años y ellos comenzaron a tener relaciones sexuales. Ahí aproveché y me escapé".
Según el joven, "en otra oportunidad, me llevó en bicicleta hacia el Puente Carretero y volvió a abusar de mí". Para el joven, hoy mayor de edad y con residencia en otra provincia, el acusado siempre lo trasladaba en bicicleta y lo acosaba después de los entrenamientos. El resto de niños jamás habría advertido aquello.
En más de una ocasión lo habría llevado hasta cercanías de su casa en la bicicleta. Y sus padres nunca sospecharon nada fuera de lo común, dejó entrever la víctima.
"Nos llamaba por nuestros nombres, pero en femenino"
Víctima B: "Fue fue mi entrenador. Nos enseñaba técnicas de básquet y sus manos iban dirigidas a los genitales o la cola y aprovechaba para apoyarnos su cola. él decía que lo hacía como broma, nos llamaba por nuestros nombres, pero en femenino. Una vez llegue al Club temprano y él estaba en su escritorio viendo una revista pornográfica. La tiró sobre el escritorio y me la mostró", relató la presunta víctima.
"Se paró y extendió sus manos hacia mis genitales y me tocó. Lo empujé y justo llegaron mis compañeros. Dejé el Club y volví a los 14 años. Un día me chistaba desde la cantina que tiene un frente de rejas y se bajaba los pantalones y me mostraba la cola. Otra vez hizo lo mismo y me mostraba revistas porno. No quise volver más al Club", añadió.
El joven habría manifestado a los expertos en psicología del Poder Judicial: "Se me pone la piel de gallina cuando recuerdo lo que pasó". Los funcionarios subrayaron que el entrevistado deja entrever destellos de traumas vividos en su niñez, vinculados con su sexualidad.
"Me pedía que me dejara tocar, a cambio de ser titular"
Víctima C. Habría sufrido la odisea sexual entre los 7 y 16 años. "Manfredi fue mi entrenador todo ese tiempo. Sufrí muchísimo acoso de parte de él desde el primero al último día que entrené ahí. Me pedía que me dejara tocar a cambio de ser titular en el equipo. Me ofrecía plata, zapatillas, camisetas". Recordó tres episodios: "A los 12 años en un viaje en tren con el equipo, yo dormía. Desperté y Manfredi estaba tocándome por debajo del pantalón".
En otra ocasión "me hizo ir al club con engaños. Llegué y no había nadie. Me puse a tirar al aro, salió él, puso candado y cadena al portón". El menor corrió a la terraza y Manfredi por detrás. "Vi un poste de luz cerca de la pared y me colgué como los bomberos". El 3° hecho fue a los 16. "Me mandó con engaños a buscar camisetas a su casa". Entró por detrás, cerró la puerta y se bajó los pantalones para que el joven lo accediera. "Grité y me pidió que no lo hiciera porque sus padres dormían. Abrí la puerta y escapé".
"Empezó a tocarme y hacía ruidos con la boca"
Víctima D. El hoy adulto habría señalado que entre los 12 y 13 años el imputado fue su entrenador. "Yo tenía la costumbre de llegar una hora antes a los entrenamientos para tirar al aro. Apareció él y me pidió que lo ayudara con las pelotas. Así, me llevó al depósito. Se apareció detrás de mí y me abrazó. Empezó a tocarme por encima de la ropa y hacía ruidos con la boca".
El supuesto damnificado añadió que Manfredi lo tocó por debajo de la ropa. "Me paralicé y quedé helado. No entendía qué pasaba. Era mi primer contacto con este tipo de situaciones. Forcejee y logré zafar".
Con el tiempo, en otra oportunidad, me pidió que lo ayudara a guardar las pelotas. Ingresó al depósito, apagó la luz y me abrazó fuerte de atrás". Volvió a manosearlo. "Quedé en blanco. Recuerdo sus manos frías y sus gemidos. Logré soltarme y me fui del club y me dijo: "A nadie, eh?". Me hizo el gesto de silencio con el dedo en la boca. No volví a jugar". Agregó que mucho tiempo después lo comentó con unos amigos y uno de ellos habría manifestado que en su lugar de trabajo a Manfredi le decían "el Come Niños".
"Quedate quieto si quieres jugar"
Víctima E. Tuvo de entrenador a Manfredi entre los 8 y 11 o 12 años. "De los 8 a los 10 años los entrenamientos eran normales". Cuando empezó a trasladarse solo al club "me quedé solo con él en el vestuario. Se puso detrás de mí y me abrazó. Me metió la mano por debajo del short. Yo quería zafar y me dijo: "Quedate quieto si quieres jugar". El menor obedeció. "Tenía miedo y sentía como él también se tocaba. Me tomó unos minutos para volver en mí, lo empujé, saqué y salí corriendo".
Pasó el tiempo y otra vez quedaron solos debajo de las gradas del club y "volvió a pasar lo mismo". Otra vez Manfredi lo manoseó por debajo de la ropa "y nuevamente lo empujo y me voy", habría indicado la víctima a la Justicia.
En otra situación similar, "él me llevaba en su bicicleta en el caño de adelante y me metía la mano por debajo del short no sé por cuánto tiempo, porque como íbamos en la bici yo no podía escapar".
La última vez lo había manoseado mientras se trasladaban en motocicleta.
"Por costumbre, me tocaba la cola como felicitación"
Víctima F. El damnificado habría manifestado que entre los 14 y 15 años, 2014, también Manfredi lo entrenaba. Una noche, con el joven esperando que lo buscaran, el sujeto lo habría invitado a dirigirse a un quiosco. "Me llevaba en la bicicleta, yo iba atrás. Me propuso ir a comer en una cancha en construcción. Llevó una mano hacia atrás y me tocaba por debajo de la ropa. Yo tenía puesto un short, tuve mucho miedo y quedé paralizado".
Añadió que sabía que estaba mal, "pero no podía dimensionar la gravedad del hecho". Ahondó que le dijo que lo soltara y lo dejó de tocar. "Al volver al club, mi mamá estaba en la esquina y cuando me bajé de la bici me pidió que no le contara nada a ella".
Resaltó que Manfredi "tenía por costumbre cuando entrenaba tocarme la cola como felicitación; me regalaba cosas. Yo no volví al club después de esto. Tiempo después me escribió por Facebook y yo le contesté que lo iba a hacer meter preso". El sujeto le habría respondido "pasándome su número para que lo llamara".