Seguirá tras las rejas por violar a su hija y a una sobrina huérfana Seguirá tras las rejas por violar a su hija y a una sobrina huérfana
El juez de Ejecución Penal, Rubén Seiller, dijo no al pedido de salidas transitorias de un sujeto de Avellaneda, condenado a 13 años de cárcel por violar a su hija y a la sobrina.
La medida recayó en contra de Segundo Alberto San Miguel, detenido en el 2011 y condenado en abril del 2015 por la Cámara del Crimen de 3ª Nominación.
Según la investigación, fue un vecino quien desnudó la odisea de dos primas.
Una tenía 8 años y era hija de San Miguel, criada por una abuela.
Al morir la anciana, la pequeña fue a la casa del personaje.
Ni bien su esposa se descuidó, se introdujo en la habitación de la nena y la desnudó.
El grito de la chiquita alertó a la mujer e hizo dessistir a San Miguel.
Dos semanas después, la mujer viajó a la ciudad y el individuo ingresó de nuevo a la pieza de la menor.
No le dio tiempo a nada y la ultrajó sexualmente.
En los meses siguientes, la transformó en su esclava sexual y si se negaba, la amenazaba con matar a su hermanito menor.
Luego se produjo un hecho que hizo cambiar la situación de la víctima: la llegada a la casa de una prima de 15 años que había quedado huérfana.
Mal pensó la niña que sus días aciagos terminaron porque su padre dejó de atacar.
En realidad, la reemplazó por su prima, cuyo padre era hermano de San Miguel.
También la adolescente se convirtió en víctima de las bajezas y desviaciones sexuales del individuo, subrayó la Fiscalía en su exhaustiva investigación.
Al menos dos años, San Miguel sumió en una pesadilla a las primas, forzándolas a trabajos pesados en el monte.
De día, las menores trabajaban y eran golpeadas. De noche, saciaban el hambre carnal del "dueño de casa".
Harto, un vecino acudió a la policía se impuso un final a la barbarie sexual.
Sin remordimiento
Hoy, San Miguel transcurre sus días en Alsina 850. En agosto del 2017 el juez rechazó su pedido de salida transitoria, prevista para quien cumplió la mitad de la condena. Ahora, de nuevo, le dijo no. Para el juez, y los expertos psicólogos, San Miguel no está listo para volver a la sociedad.