Lo juzgan por asesinar a puñaladas al amigo a raíz de una broma con cosquillas Lo juzgan por asesinar a puñaladas al amigo a raíz de una broma con cosquillas
Un tribunal juzga a un jornalero, por el violento asesinato de un amigo a puñaladas, en la ciudad de Pinto, departamento Aguirre.
De acuerdo con la investigación, la víctima resultó Luis Alberto Acosta, ultimado el 16 de septiembre del 2007.
La tragedia le fue atribuida a Juan Carlos Soria, quien fue beneficiado con el cese de prisión, el 23 de diciembre del 2009.
En la audiencia de la víspera, el fiscal álvaro Cantos sintetizó los cargos por homicidio simple.
El tribunal está conformado por los camaristas Graciela Viaña de Avendaño, María Eugenia Carabajal (presidente) y Juan Carlos Storniolo.
En esencia, los testigos declararon que Luis Alberto Acosta era amigo de los dueños de casa.
El contexto
A su vez, Soria tenía cierta afinidad afectiva con una joven de la familia.
Durante más de dos horas, todos planificaron un asado, matizando el proyecto con bromas.
Así lo aseguró ayer la hoy esposa de Soria, quien también integraba el pelotón de comensales.
En un momento, víctima y victimario habrían empezado a hacerse bromas y cosquillas, por todos celebrado.
De las risas, los dos hombres pasaron a un juego de manos que fue de menor a mayor en violencia.
Trompadas y cuchilladas
En medio de testigos como hinchada, en segundos Soria y Acosta dejaron atrás las risas y protagonizaron una áspera pelea.
Siempre en función a la investigación fiscal, Acosta asestó varias trompadas y Soria se defendió con un cuchillo.
Los dos salieron a la calle y Acosta cayó en un charco de sangre, al recibir una puñalada en el pecho.
Algunos testigos indicaron ayer que antes de morir manifestó: "Fue una broma", sin embargo la Fiscalía y el tribunal reconstruirán la historia real.
Para hoy, los vocales han previsto tres testigos y después desean ingresar al análisis de las pruebas.
Argumento de la defensa
Para la defensa, no existió voluntad dolosa en Soria, pero los resultados difieren en demasía con ese enfoque penal.
Agotada la etapa de testigos, la Fiscalía solicitaría condena, la cual irá de 8 a 25 años de cárcel.
Muy por el contrario, la defensa se jugaría a lo sumo por un exceso en legítima defensa, se supo.
Como Soria llegó libre al juicio, de ser condenado le sería revocado de inmediato el beneficio y ordenada su detención.