Hallaron degollada en el fondo de su casa a la mujer que vendió $1 millón en joyas robadas Hallaron degollada en el fondo de su casa a la mujer que vendió $1 millón en joyas robadas
Dos días después de ser denunciada por su patrona por la sustracción de $1.000.000 en joyas, fue hallada muerta, degollada, una mujer del B° Siglo XX, tragedia que ahora torna sumamente complejo al proceso de la investigación policial y judicial.
La víctima resultó ser Estela Maris Ocaranza, de 27 años, con residencia en manzana 29, lote 16, en el citado complejo ubicado al sur de la ciudad capital. La empleada adquirió notoriedad el sábado, tras la presentación legal de Norma Lilia ávila, de 59 años, del B° Cabildo por la desaparición de las joyas.
Eximición
Tras la denuncia, la fiscal Carla León solicitó el allanamiento que se produjo sin éxito y luego, un abogado pidió la eximición de prisión para Ocaranza.
Fue entonces cuando ayer, mientras la Justicia iniciaba la causa, el esposo de Ocaranza, Silvio Oscar Gómez, alertó a la policía al hallar a su pareja sin vida, poco después de las seis de la madrugada, en el fondo del inmueble.
Urgente, el fiscal ángel Belluomini pidió preservar el lugar y envió a la División Criminalística. El personal trabajó más de una hora y media: fue secuestrado un cuchillo, ropa, y el cuerpo será sometido a una autopsia.
En principio presentaba herida en el cuello y se interpretó que sería un suicidio, pero para algunos expertos, el hecho no se condice con las formas usuales en que una mujer cometería la autoeliminación. Belluomini espera conclusiones, pero la policía ya inició la ronda de testimoniales en la familia.
El más importante sería el del esposo, ya que fue quien la acompañó en las últimas semanas. La Fiscalía indaga en los últimos 20 días. Todo habría comenzado con un problema de salud de la madre de Ocaranza.
Bajo ese contexto, la empleada doméstica habría sustraído las joyas de su patrona, las vendió en una joyería de calle Libertad y luego terminó confesando ante su empleadora. Intentó recuperar lo vendido, pero en la joyería le informaron que ya las habían enviado a fundición.
