Expolicía se entregó: "Abusé de mi hijastra" de 11 años, confesó en la seccional Expolicía se entregó: "Abusé de mi hijastra" de 11 años, confesó en la seccional
Un ex funcionario policial ayer se entregó en una comisaría, agobiado y tras confesar: "Abusé de mi hijastra", de apenas 11 años.
El grave incidente se situó en la zona sur de la ciudad y desde ayer es prioridad de la fiscal Cecilia Gómez Castañeda.
La incipiente investigación determinó que el acusado tiene 28 años.
El hecho se registró cerca de las tres de la madrugada, cuando su concubina, de 27 años, despertó y lo encontró junto a la cama de la niña, la que tenía su pantalón a la altura del tobillo.
Crisis y gritos
Estalló una discusión, en cuyo transcurso la mujer insultó y lloró, desbordada por lo que contemplaba: una neta escena de abuso sexual, potenciada porque su pareja destilaba alcohol y quizás secuelas de sustancias prohibidas.
Después de escuchar a su pareja, el expolicía abandonó la vivienda, se trasladó a una comisaría del sur y se entregó.
Sin más detalles, la policía alertó a la fiscal y ésta derivó todas las actuaciones al edificio de calle Hipólito Yrigoyen.
Consternada
A media mañana, la funcionaria habría recibido a la madre de la niña, quien formalizó la denuncia ya ante instructores fiscales.
Asimismo, Gómez Castañeda habría facultado al cuerpo médico forense para asistir a la niña y realizarle los estudios correspondientes.
En tanto, el sujeto fue alojado en un organismo de seguridad, a la espera de un abogado y que la Fiscalía defina una audiencia la semana entrante.
Ahora, sobrevendrá una batalla judicial a la que se plegarán psicólogos, médicos y asistentes sociales.
Más allá de la aparente confesión, el trámite recién tendrá validez legal cuando el acusado esté frente a un fiscal.
Será el momento de las preguntas, con un abogado defensor asistiéndolo, con o sin respuestas.
Más allá de lo contundente de la confesión, siempre emergen dos universos opuestos, al arribar la historia a los tribunales.
Por ello, la Fiscalía recurrirá ahora a una serie de pruebas científicas trascendentes: hisopados y cámara Gesell.
La primera es vital para el análisis de material genético y el posible entrecruzamiento con el ADN del detenido.
La segunda, la única oportunidad en que la niña dirá su verdad; trámite en ocasiones decisivo para sellar las rejas o bien abrirlas.
