El odio por una camiseta "explotó" en salvaje balacera que dejó un muerto en el barrio Juan F. Ibarra El odio por una camiseta "explotó" en salvaje balacera que dejó un muerto en el barrio Juan F. Ibarra
Bastó la simple e intrascendente presencia de una camiseta rival en un baile de Pampa Múyoj para que dos facciones rivales se trenzaran en una gresca sangrienta, cuya furia se tradujo en balas durante la madrugada, en el B° Juan Felipe Ibarra, y acabó con un muerto.
La víctima fue identificada como Marcio Felipe Acosta ("Coco"), de 29 aÑos, domiciliado en Formosa y Oncativo, B° Juan Felipe Ibarra, padre de dos niÑos de 3 meses y 9 aÑos.
Por donde se la contemple, la "historia" de terror empezó a edificarse en base a odios de barrio, alcohol, drogas, ajuste de cuentas (según seÑalaron investigadores a este medio) y un luto que anoche parecía preceder a una tempestad, por todos previsible en el oeste de la ciudad.
Según la investigación de la División Homicidios y Delitos Complejos y el fiscal Sebastián Robles, el prólogo sobrevino en el baile Tía María, a la vera de la ruta 64, a 15 kilómetros de la ciudad.
Sin proponérselo, coincidieron dos bandos: los Ferreyra y los Acosta. Con los protagonistas bien energizados por abundantes cervezas, ¡y algo más!, uno de los Acosta divisó a "Pipi" Ibarra, yerno del padre de los Ferreyra.
El muchacho llevaba una camiseta del club "Ñuman", eterno enemigo del "Peruchillo", confió uno de los investigadores.
Alguien reclamó mal y del frente el receptor no pareció amilanarse. ¿El desenlace? Al menos 15 tipos se tomaron a trompadas limpias y la policía, como pudo, debió desalojarlos.
Fue el forzado parate al cuarteto y la cumbia, y el éxodo para los Ferreyra.
El primer encontronazo había terminado con los Ferreyra victoriosos y los Acosta masticando bronca.
Mal pensaron los Ferreyra que arribarían triunfantes a sus casas, ya que en la calle 190, B° Juan Felipe Ibarra, les dieron una amarga "bienvenida" los Acosta.
En el "choque" de las barras, fácilmente 40 sujetos se pelearon a trompadas, patadas, cuchillazos, puntas y armas de fuego.
Los Acosta pidieron refuerzos y coincidieron en calle Maipú, entre 190 y 185, punto de encuentro de los violentos y de desolación para el vecindario.
Con abundantes verdades a medias, los unos y los otros se asumen víctimas.
Objetivamente, la policía seÑaló que dos casas de los Ferreyra se asemejaron a una ciudad sitiada: "Los de afuera pugnaban por entrar y los de adentro, desesperados gritaban para salir".
Los Acosta desafiaron a los Ferreyra: "¡Vengan afuera y nos hacemos m..."!
En el momento cúlmine de violencia y locura, alguien tomó un revólver calibre 38 y desató una feroz balacera.
En el medio de una "lluvia" de piedras, "Coco" Acosta cayó por un certero disparo que le impactó debajo de la tetilla izquierda.
Lo subieron a un remís, pero "llegó" muerto al Hospital Regional.