Piden perpetua para Valor y su hija lo acusó de abusarla en su adolescencia Piden perpetua para Valor y su hija lo acusó de abusarla en su adolescencia
Años de dolor, verguenza y ausencia de paz familiar se le precipitaron a Martín Valor, corporizadas en el crimen de su hijo y por quien hoy la Fiscalía requeriría la pena de prision perpetua.
De autoerigirse en víctima el lunes, ayer Valor pasó a victimario: toda las humillaciones por él generadas se tradujeron en anécdotas que calaron hondo la estrategia defensiva.
Así lo relató su esposa, Rosa González; también los hijos Mauro Alejandro y Miguel Rodolfo. Coincidentes, señalaron que en Martín Valor imperaba sólo la violencia, los gritos, las palizas e insultos.
Esposa golpeada
También declaró su nuera Jésica Juárez: “Mi esposo no le hizo nada; lo mató de la nada; este hombre es muy malo. Le tengo miedo y él lo sabe”.
La tragedia juzgada estalló la noche del 20 de diciembre de 2015 en una riña de gallos, en Cañada del Monte, Río Hondo.
Tras años de estar prófugo, Martín retornó al pueblo y se encontró son su hijo, Oscar Martín Valor.
No fue el mejor reencuentro: discutieron y el padre extrajo un puñal y segó la vida de su hijo.
Los otros hijos reaccionaron con no menos violencia: lo castigaron, desmayaron e inmovilizaron con alambre y cadenas.
Sangriento despertar
“Yo dormía esa madrugada; mi marido me despertó y dijo que cierre ventanas y puertas; escuché que decían lo mataste”, relató la agente sanitaria, Silvia Paola Galván, entonces esposa del dueño de casa. El remate a tantos secretros contenidos irrumpió con otra hija y testigo. La mujer manifestó que de adolescente habría sido vejada por el padre.
Describió años de calvario sexual, devenida en pseudoesclava sexual del hombre que ayer la miraba a escasos centímetros. Habrá un proceso paralelo.
Alegatos para hoy
Martín Valor enfrenta a un tribunal que lo juzga por “homicidio calificado por el vínculo”, reprimido con prisión perpetua.
Allí se destinarían hoy los esfuerzos y energías de los fiscales, Marisa Gay de Castellanos e Ignacio Guzmán, resueltos en enviar a Martín Valor a Alsina 850 con la pena máxima. La última palabra la tendrá el tribunal al mediodía. l
Años de dolor, verguenza y ausencia de paz familiar se le precipitaron a Martín Valor, corporizadas en el crimen de su hijo y por quien hoy la Fiscalía requeriría la pena de prision perpetua.
De autoerigirse en víctima el lunes, ayer Valor pasó a victimario: toda las humillaciones por él generadas se tradujeron en anécdotas que calaron hondo la estrategia defensiva. Así lo relató su esposa, Rosa González; también los hijos Mauro Alejandro y Miguel Rodolfo.
Coincidentes, señalaron que en Martín Valor imperaba sólo la violencia, los gritos, las palizas e insultos.
Esposa golpeada
También declaró su nuera Jésica Juárez: “Mi esposo no le hizo nada; lo mató de la nada; este hombre es muy malo. Le tengo miedo y él lo sabe”.
La tragedia juzgada estalló la noche del 20 de diciembre de 2015 en una riña de gallos, en Cañada del Monte, Río Hondo.
Tras años de estar prófugo, Martín retornó al pueblo y se encontró con su hijo, Oscar Martín Valor. No fue el mejor reencuentro: discutieron y el padre extrajo un puñal y segó la vida de su hijo.
Los otros hijos reaccionaron con no menos violencia: lo castigaron, desmayaron e inmovilizaron con alambre y cadenas.
Sangriento despertar
“Yo dormía esa madrugada; mi marido me despertó y dijo que cierre ventanas y puertas; escuché que decían lo mataste”, relató la agente sanitaria, Silvia Paola Galván, entonces esposa del dueño de casa.
El remate a tantos secretros contenidos irrumpió con otra hija y testigo. La mujer manifestó que de adolescente habría sido vejada por el padre.
Describió años de calvario sexual, devenida en pseudoesclava sexual del hombre que ayer la miraba a escasos centímetros. Habrá un proceso paralelo.
Alegatos para hoy
Martín Valor enfrenta a un tribunal que lo juzga por “homicidio calificado por el vínculo”, reprimido con prisión perpetua.
Allí se destinarían hoy los esfuerzos y energías de los fiscales, Marisa Gay de Castellanos e Ignacio Guzmán, resueltos en enviar a Martín Valor a Alsina 850 con la pena máxima. La última palabra la tendrá el tribunal al mediodía.