"Lo levanté entre mis brazos, le corrí la gorra y tenía la bala"

Cubierto con ropa oscura, alejado de todos, ángel permanecía con la mirada perdida y sus manos en los bolsillos. El dolor era visible a través de sus ojos. Quizás los recuerdos de ese último encuentro con su hermano no dejaban de invadir sus pensamientos. "Era tan chiquito. No tenía que estar donde está. Tenía toda la vida por delante y lo mataron a sangre fría", fue lo primero que dijo al hablar en exclusiva con EL LIBERAL. Según reveló el adolescente (de 18 años, mayor de los hermanos) fue él quien encontró a la víctima tendida en el suelo.

Sobre cómo sucedieron los hechos, el adolescente contó: "Estaba con un amigo en la esquina de la casa donde yo vivía antes (detrás de una empresa de colectivos) y escuché varios disparos. Eran tiros de 9 milímetros. Me acordé que mi hermanito andaba en un cumpleaños para ese lugar. Salí corriendo".

"Cuando estaba en el lugar de la balacera llegué a la esquina vi que lo arrastraban a uno. Lo primero que pensé es que mi hermano había prestado la campera, no quería creer que era él. Cuando me acerqué mi hermano tenía un tiro en la cabeza", expresó el mayor de los hijos de la familia Flores.

"Comencé a abrirle la ropa para buscar a dónde le habían pegado y mi amigo me dice que tenía sangre en la cabeza. Le moví la gorra y ahí tenía la bala. Lo cargué en mis brazos, subimos a la moto y lo llevamos al Cisb", manifestó consternado ángel.

Más tarde continuó relatando: "Cuando íbamos en la moto sentía que su sangre mojaba mi cara, miré era más que eso. Tenía un agujero en la parte de atrás por donde perdía masa encefálica. No podía creer lo que pasaba, hasta que llegamos y los médicos nos ayudaron".

Antes de finalizar manifestó: "él era tranquilito. Si sus amigos necesitaban ayuda él los ayudaba. Sus amigos me dijeron que ya venían a la casa cuando los interceptaron. Yo no sé si los amigos de mi hermano andaban armados, pero los de la Pellegrini sí tenían armas".