"Estela era una persona muy sociable y no tenía enemigos", sostuvo Ángel Díaz "Estela era una persona muy sociable y no tenía enemigos", sostuvo Ángel Díaz
"Estela era una persona muy sociable. Me preguntaron de eso, pero lo ignoro porque ella era muy reservada. Sí pude declarar sólo lo atinente a mi función como empleado administrativo de su empresa en Monte Quemado" (Copo). A las 15, después de tres horas, abandonó ayer el Juzgado del Crimen de 5ª Nominación ángel Díaz, el hombre de confianza de Estela López de Auad, heredado de su difunto esposo, Rolando Auad, muerto en noviembre del 2012 en un accidente de tránsito. "Yo trabajo con ellos desde los 18 años. Hace 30. Ahora, Nahuel se quedó solo y vamos a ayudarlo; es fuerte, maduro, y va a salir adelante", señaló Díaz a EL LIBERAL. Consultado sobre su testimonio ante la jueza subrogante, Rosa Falco, Díaz fue claro: "Me pidieron reserva y lo voy a cumplir. De todos modos, es lo mismo que ya he declarado anteriormente. Hablé sobre el funcionamiento de la empresa", subrayó. Requerido si es verdad que la empresaria días previos a su muerte optaba por encerrarse cerca de las siete de la tarde, Díaz lo negó. "No es cierto. Hasta donde sé ella era una persona muy sociable y no tenía enemigos; pero eso no implica que conociese de su vida privada. Ella era muy reservada", destacó. Fuentes ligadas al caso deslizaron que Díaz habría señalado a Falco que la contabilidad de la empresa no era diferente a la de cualquier aserradero con momentos buenos y malos. Desde ese contexto, se conoció extraoficialmente que tras el fallecimiento de Rolando Auad, Estela López habría intentado vender la empresa (entre 6 y 8 millones de pesos), pero no hubo oferentes, o interesados que se aproximaran a la pretensión de la víctima. También Díaz habría resaltado que tras la muerte de su patrón, la empresaria dispuso el apartamiento de algunos empleados, sin que ello generase traumas más allá de los obvios. "Ella dispuso despidos, pero los trabajadores lo comprendieron", habría manifestado a la jueza. Sí habría reconocido que tras las cesantías, algunos ex empleados iniciaron juicios para reclamar resarcimientos, aún hoy ventilados en los fueros laborales.