Ventilan crímenes de dos amigos perpetrados en carnaval y que convulsionan a los frienses Ventilan crímenes de dos amigos perpetrados en carnaval y que convulsionan a los frienses
Golpeados y estrangulados en sus camas terminaron sus días dos vecinos de Frías, luego sus casas fueron saqueadas. Terrible desenlace que ahora será recreado por un tribunal en el juicio contra José Luis Soria, Jorge Luis Sotelo y Lorenzo Vergara. El debate se realizará entre el 20 y 24 de mayo, en horario matutino y vespertino. Serán los jueces, Osvaldo Pérez Robertti, Juan Carlos Storniolo y José Luis Guzmán. El ministerio público estará a cargo de los doctores Olga Gay de Castellanos y Mariano Gómez. Los testigos Prima facie, hay medio centenar de testigos que contribuirán a reconstruir la odisea y muerte de Miguel ángel Leiva y Hugo Antonio Tapia, muertos en 2012 y 2013, respectivamente. Ambos eran muy queridos en Frías. Quizá sus verdugos los "marcaron" por su elección sexual y además el hecho que vivieran solos. La hipótesis está inserta en el expediente. También atrae a los camaristas que hayan sido atacados durante los carnavales. "Yosa" Leiva "Yosa" Leiva, de 62 años, yacía en su cama en el hogar, cuyo cuidado le había sido encomendado cinco años atrás, en la esquina de Hipólito Yrigoyen y Maipú, del barrio Dr. Eliseo Fringes. El forense Rodolfo Gómez estableció que lo torturaron a golpes. Recibió golpes de puño en la carótida craneal región occipital; luego le fue sujetada la cabeza contra la almohada sobre la que estaba recostado. Murió asfixiado. Hallaron su cuerpo 36 horas después de consumarse la barbarie. Al llegar, la policía encontró la casa con las cosas tiradas en el piso en cada habitación. Le robaron $ 5.000, un equipo de música, una bicicleta, manteles, sábanas, aros y pulseras. El caso Tapia El 4 de febrero del 2013 Hugo Antonio Tapia, 52 años, fue descubierto muerto en su casa de Tucumán y Fortabat, del B° Villa Paulina. Varios vecinos vieron a tres encapuchados saltando la tapia de madrugada por calle Tucumán. Hugo Tapia era el menor de seis hermanos; vivía solo y se ganaba la vida como peluquero. Los visitantes rompieron el postigo de una puerta y avanzaron a la habitación de Tapia. Dormido, lo golpearon, ataron, y mataron asfixiándolo con la mano. Le robaron dinero, tijeras y otros artículos de peluquería. Luego huyeron. "Rateros" Años después, los investigadores tienen la certeza de que los homicidas eran personajes del submundo delictivo, ávidos de objetos que se pudieran convertir en dinero fácilmente. El contraste emerge en su ferocidad; un calco entre uno y otro crimen.l
