Tras la balacera, Díaz sale a la vereda con el arma en la cabeza, huye y el sobreviviente pide ambulancia.
"Quiero a mi mamá. La extraño mucho", gritaba la hija de Silvina "Quiero a mi mamá. La extraño mucho", gritaba la hija de Silvina
El video dura 1’34’. Representará quizá hoy un documento valioso para la Justicia, ya que fue realizado con un celular, mientras Díaz pasaba a la historia segando tres vidas. En la filmación, es aterrador el grito colectivo. Muestra a Díaz salir de la casa y llevarse el arma a la cabeza. En derredor, los vecinos corren un tanto desconcertados, entre socorrer a las víctimas, o bien resguardarse, porque el sujeto estaba armado. De acuerdo con una vecina, intentó matarse, pero ella y su esposo le dijeron que se fuera, ya que no deseaban sumarle más muerte a la memoria de los dos niños. Huida Sube a su coche Díaz abandona el lugar. Al instante, su hija llora e implor, una y otra vez. "Quiero a mi mamá. La extraño mucho", lamenta desesperada la nena. Segundos después, aparece el sobreviente sujetándose a la altura del abdomen. "Llamen a una ambulancia", grita el hombre, en medio del desconcierto colectivo. La sobreabundancia de sangre torna aún más dramática la secuencia de imágenes. Para entonces, Díaz ya había literalmente "regado" la casa con sangre de los tres hermanos. éstos, dentro de la casa yacían en el piso: el escenario de una masacre que no registra antecedentes de tal magnitud, en la provincia.
