Denuncian a un cura por abuso de menores Denuncian a un cura por abuso de menores
Un nuevo caso de abusos a menores involucra a un miembro de la Iglesia, esta vez en la localidad bonaerense de Caseros.
Se trata del sacerdote Carlos Eduardo José, del colegio San José Obrero, quien fue denunciado por dos ex alumnas, que aseguran haber sido abusadas cuando eran menores de edad.
"Cuando me llevaba a confesar me hacía sentarme en su pierna y ponía su mano en mi zona", contó Mailín Gobbo al borde del llanto.
La joven confesó que necesitó de muchos años de terapia psicológica para asumir lo que le había pasado y animarse a denunciar al religioso, que era cercano a su familia. Además dejó saber que la primera vez que sufrió un abuso por parte de José fue en la pileta del colegio.
Otro de los testimonios es el de Jazmín quien sin conocer lo que le había sucedido a Mailín, denunció: "Me acuerdo que el me agarraba con el motivo de enseñarme a nadar y por debajo del agua me manoseaba".
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La denuncia fue realizada en abril pasado, a pesar de que los hechos datan de hace varios años. Las dos chicas declararon ante la Justicia y aportaron pruebas al caso que ahora está en manos de la Fiscalía N°14 de San Martín y que ya imputó a José.
Tras las denuncias y al comenzar a conocerse la noticia en Caseros, el propio sacerdote envió una carta a la madre de la joven:
"Cuando vinieron a hablar conmigo, me quedé conmocionado, paralizado, me parecía increíble. Lo único que atiné a decir al ver tan mal a personas que tanto quiero, es pedir perdón por el dolor que causaba. Pero les aseguro que nunca tuve mala intención. Quizás demasiado cariñoso, como ella también era cariñosa conmigo. Nunca estuve a solas con ella, en la parroquia siempre con algún animador o catequistas y otros chicos. Cuando salía con ustedes vos estabas presente. Quizás pude ser imprudente jugando con ella, pero nunca con mala intención. Hay profesionales que escarban y hacen ver abuso donde no lo hay. Yo no tuve mala intención. Hasta hace poco, cuando iba a tu casa y estaba Mailín siempre me recibía con alegría. El año pasado, como tantas y tantas veces, cuando hablamos por teléfono me dijo que me quería mucho. Tan malo no debía ser. Siempre fueron ustedes muy especiales para mí. Jamás los lastimaría. Los quiero de corazón. No sé qué hacer para aliviar el dolor que causé involuntariamente. Sé que lo contaste a mucha gente. Pero te aseguro que nunca tuve mala intención. Estoy muerto en vida, bajé 3 kg. La angustia me acompaña por haberlos perdido como amigos. Perdón. No sé qué más hacer… No sé si esti sirve para algo, pero tenía la necesidad de decírtelo. Siempre los quise mucho. Carlitos".
Según Marcelo Lapargo, fiscal general de San Martín, a pesar de lo atemporal de las denuncias, varios de los casos que se imputan al cura todavía no han prescripto. "Hay varios testimonios muy sólidos y muy coherentes", dejó saber, antes de precisar que el religioso enfrentaría una pena de al menos 8 años de prisión.