La Pascua es el misterio de la salvación La Pascua es el misterio de la salvación
Hablar de la Pascua es hablar de
Cristo resucitado, vencedor del pecado
y de la muerte, es ante todo
un hecho, un acontecimiento, una
realidad bíblica, Pascua significa el
paso del Señor.
Así el término Pascua
expresa el misterio de amor
de un Dios amoroso que ha buscado
el modo más amable y paternal
para hacernos partícipes de su vida
divina.
Cristo resucitó de entre los
muertos, y cuando los cristianos
empezaron a celebrar la Pascua la
Iglesia era una; no había divergencia
de fechas entre oriente y occidente.
Otra cosa fue cuando después
aparecieron diferencias en
los ritos. Por eso, hoy en día, la diferencia
se encuentra sólo en la
forma de celebrarla y en el calendario
que rige ambas Iglesias.
Sin duda, el tiempo en el que
Dios nos ha detenido, a raíz del la
Pandemia del Covid-19, ha creado
un espacio de silencio, es un llamado
a escuchar la voz de Dios, un
tiempo de profunda oración, para
que, así como en el tiempo del
éxodo, que Moisés hablaba y Dios
le respondía con el trueno, así Dios
quiere entablar con nosotros un
dialogo, como lo hizo a lo largo de
las escrituras con su pueblo, los
profetas y al final en la persona de
Jesucristo.
No seamos como el pueblo de Israel
que ante la presencia de Dios tuvo
miedo, a lo que Moisés les dijo:
“No temáis, pues Dios ha venido para
ponernos a prueba, para que tengas
presente su temor y no pequéis”.
(éxodo 20, 20).
Asimismo el tiempo actual (postpandemia
coronavirus) implica una
oportunidad, ante la crisis y los tiempos
difíciles que nos ha tocado vivir,
para comenzar de nuevo. En Pascua,
Cristo resucitado hace“nuevas todas
las cosas” (Apocalipsis 21:5). Es una
realidad compleja y urgente que requiere
nuevas soluciones: “vino nuevo,
odres nuevos” (Marcos 2:22),
nuevas formas de vida, nuevas formas
de trabajar y nuevos modelos de
desarrollo humano.
Cada día domingo, en el día que
se llama del Señor (Kirie), la Iglesia
conmemora su resurrección, que es
el corazón de la fe cristiana en el que
celebramos el triunfo de la vida sobre
la muerte. En el contexto actual
que vivimos en donde abunda el pecado,
secuelas de la Pandemia y repercusiones
de la guerra en Ucrania.
Adquiere una actualidad particular.
Debemos abrirnos a la Luz de
Cristo, que ilumina al mundo asentado
en tinieblas, en medio de sus sufrimientos,
debilidades y del pecado
imperante. Debemos dar cada día
pasos conducentes a nuestra liberación
del mal y del pecado. Pues justamente
la Pascua significa paso, en
la antigüedad el paso del pueblo de
Dios de la esclavitud a la liberación.
Y hoy la Pascua de Cristo es el paso
de la muerte a la vida. Por lo que nosotros
como cristianos debemos aferrarnos
a la vida, a una vida renovada
por Cristo y con Cristo en nosotros.
Alejándonos de la cultura de la muerte.
Así en cada Eucaristía, memorial
de nuestra fe, proclamamos su muerte
y anunciamos su resurrección, diciéndole:
Ven Señor Resucitado, Salvador
de nuestras vidas.
La Pascua es el misterio de la salvación,
tal como lo expresa el Apóstol
Pablo en Romanos 10:9 “Porque
si confiesas con tu boca que Jesús es
Señor y crees en tu corazón que Dios
lo resucito de entre los muertos, serás
salvo”. De la misma manera confesemos
juntos con verdadera fe: Cristo
ha Resucitado. Verdaderamente ha
Resucitado. Felices Pascuas.