El pueblo mapuche de Temuco no acepta la violencia en Chile ni en la Argentina como forma de reclamar sus derechos El pueblo mapuche de Temuco no acepta la violencia en Chile ni en la Argentina como forma de reclamar sus derechos
No toda la comunidad mapuche de Temuco, ciudad chilena donde el papa Francisco celebró su segunda misa multitudinaria, es violenta. Desde tiempos inmemoriales, reclaman la tenencia de tierras que le fueron arrebatadas, pero no consideran como metodología de lucha a las actitudes extremas que adoptó un grupo radicalizado que hizo de este reclamo su bandera y la violencia su forma más repudiable para reconquistar lo que les fue sacado. Los mapuches que asistieron a Maquehue, que se levanta en un terreno que es una base aérea, reclamado por los mapuches ellos y donde Francisco celebró la misa, ovacionaron al Sumo Pontífice cuando empezó su homilía saludando en Mapudungun, su lengua mapuche.
"Mari, Mari (buen día), "Küme túnngün ta niemün (la paz esté con ustedes), saludó Francisco y las miles de almas estallaron de alegría.
Al final la liturgia, EL LIBERAL entrevistó a una familia de mapuches para conocer su realidad, qué es lo que esperan para el futuro y cómo ven lo que sucede en la Argentina. "Estamos muy orgullosos del papa Francisco. Lo que ha dicho sobre terminar con las injusticias y la violencia es algo que siempre pregonamos nosotros", remarcó Ayliñ. "Nuestro pueblo es pacífico y no aceptamos ningún tipo de violencia, ni aquí, en nuestra tierra como tampoco lo que sucede en la Argentina", especificó.
Los mapuches representan cerca del 9% de la población chilena (de 18 millones de habitantes) y el 24% de la región de Temuco. Ayliñ remarcó que su pueblo siempre ha obrado en son de paz y que no comparte la forma de ejercer los derechos ancestrales que realiza la resistencia mapuche de la Coordinadora Arauco Malleco. Ella, como también Ayün y Ayelén, encomiaron el mensaje de Francisco, especialmente cuando el ex arzobispo de Roma dijo que el paisaje de La Araucanía tiene "majestuosos volcanes nevados, lagos y ríos llenos de vida de esta zona del mundo que nos eleva a Dios".
"Es un mensaje esperanzador, de fe, que nos hace pensar que a partir de ahora las cosas van a cambiar. Queremos la paz para nuestro pueblo y el de Argentina. Nos duele cuando nos identifican con la violencia. No es así, somos un pueblo de paz, que ha sufrido mucho y ha sido atacado siempre, como sucede ahora y sucedió también con las injusticias con los rapanui, aymara, quechua, atacameños", destacaron.
"No todos los mapuches somos violentos. Reclamamos que nos devuelvan lo que nos pertenece por historia, pero no con acciones violentas. Queremos la unidad de los pueblos originarios y la paz en el sur de Chile y también en su país, la Argentina. Nos duele todo lo que sucede en la Argentina con nuestros hermanos. Debemos luchar, pero siempre pensando en el diálogo, en la tolerancia, en el entendimiento", remarcaron. Y todo un pueblo, mapuche o no, vivó a Francisco cuando recurrió a Violeta Parra para decir "Arauco tiene una pena que no la puedo callar, son injusticias de siglos que todos ven aplicar".
Y Ayelén calificó de "maravilloso" al mensaje del Papa. "Habló de la necesidad de reconciliación total con nuestros ancestros, con nuestra gente mapuche, especialmente en la zona de Temuco. Soy 101 % indígena y orgullosa de mi sangre. Quiero que salga mi gente adelante. Que se reconozca al pueblo mapuche. Lo dicho por Francisco es una luz de esperanza total porque el Papa es muy importante en todo el mundo. Con esto, nos llena el alma, nos llena el corazón y nos da "nehuen", que en nuestra lengua significa fuerza. Nos da fuerza para seguir luchando", puntualizó.