El padre de Guzmán había arremetido contra Sampaoli, ¿y ahora? El padre de Guzmán había arremetido contra Sampaoli, ¿y ahora?
Jorge Guzmán publicó una carta cargada de bronca y frustración por la decisión de Jorge Sampaoli de marginar a Nahuel "Patón" Guzmán, su hijo, de la lista de los 23 futbolistas argentinos que viajarán al Mundial de Rusia, a la que acompañó con una imagen caricaturizada del DT, con careta y remera con el escudo de Chile incluida.
Pero la lesión que sufrió Sergio Romero en su rodilla derecha podría permitirle al arquero de Tigres de México ser parte de la nómina definitiva. Por lo tanto, habrá que esperar para saber si esta publicación condena al "Patón".
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De espalda al sueño, se titula el texto que Jorge Guzmán dio a conocer apenas el entrenador de la Selección anunció que Sergio Romero, Wilfredo Caballero y Franco Armani serían los tres arqueros que representarían a la Argentina en la Copa del Mundo que se jugará en Rusia desde el 14 de junio al 15 de julio.
La carta de Jorge Guzmán:
De espalda al sueño
Es muy natural en un sueño ver gente de espaldas al sueño. Al principio creí que era gente despierta o gente que no quería estar allí, pero entendí que solo se trataba de gente buscando erróneamente una forma de entrar a ese mundo extraño y cierto.
El primer error de esta gente era entrar disfrazados. En un sueño nadie engaña a nadie a menos que todos acuerden jugar a eso, entonces se puede escribir con el codo lo que luego se borrará con la mano (típico y raro ardid en los sueños), se puede sin temor al ridículo, levantar humeantes monumentos que serán la delicia de soñantes poco exigentes y en este orden de cosas se puede incluso afirmar que se cambiará la suerte de un barco sin rumbo.
Soñar no cuesta nada. Dice un despierto con berretín de soñador desconociendo el precio.
El requisito para habitar en ese mundo extraño y cierto de los sueños es estar convencido de que la vigilia es una cárcel, la peor que se pueda imaginar y entonces hay que elegir y elegir es el precio.
El sueño es el potrero de la vigilia, es donde se juegan los partidos de verdad, donde se deja el pellejo por los compañeros que tienen la misma camiseta, esa que esconde los huesos, pero donde también nos abrazamos con el rival, con el otro que somos nosotros en el espejo, el sueño es algo que no se pierde pero que se puede extraviar dejándonos al borde de una cama ajena muertos de sed, muertos en vida mi amigo.
Antes de la carta dada a conocer en estas horas, con la confirmación de la ausencia de Guzmán de entre los 23 luego de estar preseleccionado entre los 35, Jorge había publicado otro texto llamativo, fechado el 19 de mayo, cuando los futbolistas terminaban de ser informados por el DT de manera personal quién viajaría a Rusia y quién no, decisión que se formalizó ayer con el anuncio definitivo. Aquella vez escribió:
Hoy me desperté confundido por un sueño. Soñé que se jugaba una final en Inglaterra y nuestros arqueros estaban en el banco (en el de suplentes), también soñé que otro de nuestros arqueros no dejaba de jugar y salía los últimos 3 años campeón de su liga, que ganaba 2 copas más, que jugaba varias finales internacionales, en fin, el sueño parecía tratarse de logros deportivos en los que cada uno a su manera aportaba con su oficio a un trabajo colectivo.
También soñé con periodistas que les costaba ejercer sus rutinas sin verse atravesados por urgencias editoriales a veces parecidas a intereses de naturaleza ambigua. El sueño se fue haciendo un juego y algunos pateaban para acá y otros para allá, todos creyendo que pateaban para el mismo lado. Entonces aparece uno con poca pinta de jugador, uno que viene de una marcha, uno que viene de un potrero donde de tan diferentes se hacen iguales, uno que quiere ir al arco porque dice que de ahí arranca la verdad de la milanesa, entonces empieza a desalambrar el área y hace que en los esquemas donde solo figuran 10 empiecen a ser 11.
En los sueños pocas veces uno es "dueño de la verdad" y en la vigilia prácticamente nunca hasta que aparece la primera certeza y nuestras dudas van como una jauría hambrienta y caen sin remedio en su trampa.
Las palabras viven con sus ataduras y nos esclavizan sin querer, nos piden a gritos que las liberemos, pero hay un perfume, una fragancia liberada en el espacio, algo de lo que también estamos hechos, un perfume silencioso que aroma los jardines del sueño que nos hace florecer todas las veces que deseemos.