El mejor amigo de Diego Maradona: “Me dijo que tenía cien palos verdes y hoy esa plata no está” El mejor amigo de Diego Maradona: “Me dijo que tenía cien palos verdes y hoy esa plata no está”
Mariano Israelit fue, desde hace muchos años, el mejor amigo de Diego Maradona. La última vez que estuvo con él fue en febrero de 2020 y, por la llegada de la pandemia, no pudo visitarlo más, a pesar de que el diez le había pedido que "no lo abandone".
"Nosotros jamás te vamos a abandonar. Lo que tenés que saber es que nos filtran y, a veces, no nos dejan llegar a vos. Nos bloquean, nos cambian el teléfono y es imposible. Y a vos también te borran nuestros números para que no nos puedas llamar", le respondió, según relató en una entrevista a Infobae.
El productor televisivo, convivió con el "Diez" en Cuba y lo acompañó en todos sus momentos más difíciles.
Reveló, triste que "Diego estaba mal desde que lo habían operado de la rodilla. Yo lo fui a ver a la Clínica Olivos y estaba bien. Pero después le costaba caminar. Le dolía un montón y estaba angustiado por eso. Encima, sabía que se tenía que operar de la otra este año. A eso se le sumó la pandemia. Y la depresión porque quiso hacer un cumpleaños con todos sus hijos y no se pudo. Además, la pelea con Rocío lo había angustiado mucho, porque él estaba enamorado".
Israelit dijo que a Diego lo emborrachaban a propósito, lo alejaban de sus seres queridos y que "le soltaron la mano" porque sabían lo que iba a venir: “No sabés cómo me recuperé después de Dubai. Tengo más de cien palos verdes”.
"Me lo contó él a mí. Yo le contesté: ''''Vos sos un rey, tenés que vivir cómo te merecés''''. Y sus últimas casas, sin desmerecer, no estaban en condiciones. ¡Hasta se llovían! Y no tenían aire acondicionado ni calefacción central, cuando estamos hablando de un tipo que tenía esa guita...", agregó.
Y también aseguró que ese dinero ya no está: "Por los números de los que hablan no está. Yo cuento lo que él me dijo. Y me encantaría que los hijos fueran los que la heredaran".
"Yo a Diego me lo imaginaba de viejo, con panza, con pelo porque jamás iba a quedarse pelado, yendo a ver los mundiales a cualquier país del mundo. Siendo feliz. Y se fue a los sesenta años. Yo todavía no lo puedo creer. Los primeros quince días me levantaba con ganas de llamarlo y, después, me daba cuenta de que ya no estaba. Fue tristísimo. Sobre todo, por la manera en que se fue", cerró con tristeza.