El minuto a minuto de una tarde inolvidable y única

Para ascender, Central Córdoba no dependía de sí mismo. Tenía que ganar y esperar que Gimnasia de Mendoza no ganara en Río Cuarto. Entonces la gente estuvo siempre pendiente de lo que pasaba en el otro partido.

Solo durante 12 minutos se estaba dando un desempate. Pero desde que Central se puso 1 a 0, en todo momento estuvo obteniendo el ascenso.

Promediando el primer tiempo, la gente se enteró del gol de Estudiantes y lo gritó como un tanto más del Ferro. Y casi de inmediato llegó la conquista de Ortega y todo se encaminaba a un final feliz.

En el segundo tiempo Central hacía correr la pelota y el reloj, hasta que un grito de furia anunciaba el 2-0 de Estudiantes. Con 15’ por jugar, ya no se podía escapar.

Entonces la gente se animó a cantar con más fuerza, miles de celulares se encendieron en las tribunas. Los descuentos de Defensores, y de Gimnasia, le pusieron la cuota de suspenso. Pero llegó el final y ya no hubo dudas.