Un latido mundial que terminó en lamento Un latido mundial que terminó en lamento
Por Gustavo Paz
Enviado Especial
Capital Federal. Fue el tema de conversación en cada rincón del país.
El cambio de cancha para que la selección argentina juegue su último partido de local por estas Eliminatorias, fue la gran controversia.
Se escucharon muchas opiniones.
Cada argentino habló del tema. Y anoche, La Bombonera latió al ritmo de la celeste y blanca.
La Argentina volvió a jugar un partido oficial en el estadio de Boca Juniors después de 20 años. Y la gente respondió con un aliento permanente que comenzó en las horas previas y que siguió durante los 90 minutos del encuentro.
Desde la mañana misma de ayer, las calles aledañas a La Bombonera fueron cortadas.
Los hinchas, argentinos y peruanos, deambularon desde muy temprano, especialmente aquellos que no tenían aún entradas.
Contrariamente a los partidos de los domingos en la Argentina, los simpatizantes de ambas selecciones convivían a la perfección en la calle. El pueblo argentino recibió de la mejor manera a los incaicos que fueron al estadio y se unieron en un canto en contra de Chile. La cancha se fue colmando rápidamente. Las puertas se abrieron a las 17 y a las 18.30, ya estaba a un 80% de su capacidad. A las 19.45, los jugadores salieron a precalentar en el campo de juego y el estadio estalló. Los 2.000 peruanos ubicados en la tercera bandeja visitante también se hacían oír. Pero la popular argentina se unió en un solo grito de "Argentima, Argentina". El primer ovacionado de la noche fue Darío Benedetto. ¿El segundo?: Lionel Messi. Después, vinieron Gago y "Chiquito" Romero. Javier Mascherano también recibió una ovación importante. Había un clima especial, diferente a cualquier partido que esta selección haya jugado en los últimos años.
Aliento
Durante los noventa minutos, el aliento de La Bombonera fue incesante. "Papu" Gómez y "Huevo" Acuña hacían levantar el estadio con su juego y entrega.
Los destellos de Messi dejaban boquiabierto a más de uno, desde sus gambetas hasta un cambio de frente que parecía imposible. Pero el marcador no se abría y la tensión iba en aumento.
La gente aplaudió a los jugadores al final de la primera mitad. El arquero Gallese sacó todo y pese a que la pelota no quiso entrar, la gente aplaudió el esfuerzo de los jugadores argentinos, quienes se fueron cabizbajos, pero con el apoyo del hincha siempre.