Un triunfo de campeón Un triunfo de campeón
El santiagueño Diego Díaz Gallardo retuvo anoche el título mediano WBF, al derrotar por nocaut técnico en el noveno round al brasileño Felipe Santos Pedroso. El capitalino fue protagonista de la pelea y en el octavo, con una derecha notable, comenzó a sentenciar la historia. El juez de la pelea no le permitió al brasileño salir a pelear el noveno asalto ya que apenas se podía mantener en pie. Y así, fue festejo santiagueño en un estadio de Quimsa repleto, con casi 3.000 personas.
En el primer round el púgil local tomó recaudos, aunque intentó tener el protagonismo de la pelea. Los dos se estudiaron demasiado en esta primera vuelta. En el minuto final del primer round, Díaz Gallardo llegó con la derecha, pero no pudo dañar a Santos Pedroso.
El santiagueño estuvo más agresivo en el segundo asalto, ante un rival que se defendía, pero que a la vez, no sabía cómo llegar con peligro. Ese segundo round fue para Díaz Gallardo.
Felipe Santos Pedroso fue más certero en el tercer round y por primera vez en la noche podía encontrar los golpes para generar algo de preocupación en el púgil local. A partir de allí, el visitante agarró confianza y también se lanzó al ataque.
En el cuarto asalto, Díaz Gallardo sintió el esfuerzo y Santos Pedroso llegó peligrosamente con la derecha. El santiagueño respondió con varios golpes que el brasileño supo sortear rápidamente para volver al ataque.
El pupilo de Hugo Luero volvió rápido en el quinto round y estuvo cerca de tirar al brasileño, quien resistió los embates de pie. Díaz Gallardo llevó a su rival contra las cuerdas.
En el sexto, el santiagueño hizo daño con el gancho de derecha y acorraló a un Santos Pedroso que volvió a reaccionar cuando peor la pasaba. Igualmente, Díaz Gallardo se llevaba el round de gran forma.
El séptimo fue el round más parejo. Los dos comenzaban a acusar el cansancio. Pero en el octavo, cuando todo se volvía monótono, una derecha de Díaz Gallardo impactó de lleno en un Felipe Santos Pedroso que tambaleó y se tiró a un rincón para no besar la lona. El visitante aguantó como pudo hasta sentir la campana, pero el juez, al salir al noveno, le contó y no lo dejó salir a combatir.