"Vengo a llevarme el cinturón a mi país" "Vengo a llevarme el cinturón a mi país"
Diego Díaz Gallardo, que mañana a las 23 estará combatiendo por el título del mundo de los medianos de la WBF (Federación Mundial de Boxeo) en Islas Martinicas de Francia, ofreció ayer junto a su rival una conferencia de prensa en la que se mostró confiado en traerse a nuestro país el cinturón de campeón del francés Michel Mothmora.
"Estoy muy bien entrenado y vengo con todas las intenciones de llevarme el título mundial a mi país", expresó el santiagueño que así tendrá la posibilidad de asumir uno de los compromisos más importantes de su carrera deportiva.
Luego acotó: "Gracias a Dios puede hacer un buen trabajo en éstos últimos tres meses y me encuentro en las mejores condiciones físicas y técnicas. Me tengo mucha confianza".
Cuando le tocó el turno al campeón, éste no dudó en responderle al santiagueño que será imposible que le pueda arrebatar el cinturón.
"Es mi cinturón y no le voy a permitir que me lo quite", afirmó Mothmora.
Cabe recordar que la pelea de mañana está pactada a 12 rounds y será el plato fuerte de una velada que concitó mucho interés en el público de Islas Martinica.
Los protagonistas del espectáculo volverán a calentar la previa con la ceremonia del pesaje que se hará hoy, con el objetivo de quedar listos para el enfrentamiento de mañana por la noche.
Diego Díaz Gallardo será asistido en el rincón por el entrenador Hugo Luero y por el promotor santiagueño, Raúl Camacho, respectivamente.
La Federación Mundial de Boxeo fue establecida originalmente a principios de 1988 en Bristol, Tenneessee (EE.UU.) por su fundador y presidente inaugural Larry Carrier, que era popular como el propietario de la Bristol International Raceway.
Habiendo tenido éxito en una multitud de empresas deportivas, Carrier había notado los fracasos de los cuerpos de sanción autocráticos existentes y que dio el impulso para establecer la Federación Mundial de Boxeo.
En el año siguiente, el WBF llevó a cabo sus primeros combates de campeonato y Carrier pasó la presidencia de la organización a Ron Scalf, que había sido su socio desde el principio.