Sexo y videos en el TC: familia de la promotora pide piedad Sexo y videos en el TC: familia de la promotora pide piedad
En Concordia, el viernes 23 de septiembre de 2016, sus más de 110 mil habitantes hablaban de una sola cosa. Todos menos cuatro personas, los integrantes de la familia Rohrer cuya hija, Mercedes (21), era la protagonista del tema en cuestión, un escandaloso video sexual junto a los pilotos del TC Mauro Giallombardo (26) y Juan De Benedictis (29), que se había vuelto viral.
Las imágenes de aquella escena íntima entre tres personas (dividida en dos videos) se conocieron porque los protagonistas, cuanto menos uno de ellos, quiso que así fuera. Se sabe, sobre todo con este tipo de materiales, que compartirlo implica viralidad en cualquier medida. A veces más, a veces menos. En este caso el impacto fue a nivel nacional.
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La reproducción de ambos videos se multiplicó de manera impactante. Las decenas de clicks se convirtieron en cientos, luego en miles y llegó a cientos de miles en cuestión de horas.
Entonces comenzó el suplicio de Oscar Roberto Rohrer y Silvia Andrea Herrera, padre y madre de Mercedes, a su vez hermana de Joaquín, el cuarto integrante de una familia que jamás pensó que Mechy pudiera desatar semejante revolución.
La primera reacción de Oscar fue un acto reflejo. Defendió a su hija con un comentario en Facebook que apuntaba contra los pilotos, hoy desaparecidos de la escena pública. "Maldito hdp. Serás bueno como deportista pero como persona sos una rata, basura, me dañaste a mi hija. Cobarde hijo de re mil p… El día que tengas un hijo vas a saber lo que es el daño a un hijo. Basura, ya vas a venir a mi ciudad y te voy a buscar. Ya nos vamos a encontrar", escribió en un comentario de una de las tantas publicaciones del video protagonizado por su hija que se hicieron en la red.
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Los vecinos de Concordia bajan la voz cuando los ven pasar. Todos hablan de vergüenza y escándalo pese a que casi nadie dejó de ver el video. Oscar pide respeto y cuenta que escribió aquello impulsado por el enojo. Hoy sólo espera que pase el tiempo y que los vecinos, principalmente la familia, puedan olvidarse de todo.
Silvia Herrera, madre de Mercedes, es la ex esposa de Oscar pero comparte con él la pena por lo ocurrido: "Nosotros somos gente de trabajo, nunca le hicimos daño a nadie", dice a modo de pedido de piedad. Ante el impacto de lo ocurrido ella debió acudir a una asistencia psicológica y está con licencia en su trabajo, llevado a cabo desde hace años en el área de la docencia (es supervisora de primaria en educación musical).
Oscar y Silvia no soportan las miradas ni los murmullos pero tienen que afrontar sus vidas y la de su hijo, Joaquín, un joven de 23 años con capacidades diferentes. En el comienzo de todo la primera reacción fue la de defender a su hija. Puertas adentro la palabra es decepción. No lo puede creer y se preguntan por qué.
Mercedes cerró todas sus cuentas en las redes sociales. Su vida parece haberse puesto en pausa. Con sus amigas sólo se comunica por mensajes de teléfono. Ya no se la ve en la organización de la comparsa de Entre Ríos de la que formaba parte. Casi no sale.
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Escándalo y debate
A Mercedes Rohrer le ocurrió uno de los principales males de la era de las comunicaciones que es el de la viralidad. Su escena de alto contenido sexual junto a De Benedictis y Giallombardo recorrió kilómetros y kilómetros de fibra óptica.
La acción, por cierto consentida tal como queda explícito en la grabación de los pilotos que, vale mencionar, se comportan de manera primitiva y bestial, derivó en comentarios de todo tipo. Hay quienes hablan de violencia de género y existen también los que critican a Mercedes por prestarse a lo ocurrido.
Mientras tanto, la familia Rohrer pide piedad. Quiere que aquello sea una pesadilla pero cada vez que lo piensa confirma que fue parte de la realidad. Así, sólo le queda implorar que el tiempo pase.