Michael Schumacher llora un año después del accidente Michael Schumacher llora un año después del accidente
Fue hace un año. Esquiaba en la estación francesa de Meribel cuando se cayó y chocó contra una piedra que había oculta entre la nieve. Fue ingresado en el Hospital Universitario de Grenoble con un traumatismo craneal grave en coma. Le operaron de urgencia y estuvo meses en una situación crítica. Lucha constante.
Hoy se cumple un año y desde Italia la prensa ofrece esa buena noticia. La causa del llanto son las emociones y más allá de toda poesía, lo cierto es que no son sino pura química física que se produce cuando el cerebro percibe un determinado estado de ánimo y esa información inicia un viaje por el sistema nervioso parasimpático que controla las lágrimas.
Y en esa mansión de 2.300 metros cuadrados en Gland, Suiza, escuchar las lágrimas de Schumacher son una infinita tragedia que, como tantas cosas en la vida, esconden otra cosa, en este caso una inmensa dosis de esperanza. Hay lágrimas, hay emociones, funciona el cerebro. Y además quizá las lágrimas sólo sean realmente un remedio contra la tristeza.
Las palabras de su familia animan a Schumacher a seguir en la carrera. Sobre su futuro no hay una unanimidad en los médicos, mientras unos afirman que quedará en silla de ruedas sin poder hablar el resto de su vida, otros creen que con tiempo y esfuerzo retomará algo parecido a una vida normal. Su situación sigue siendo complicada, pero según uno de los médicos que le trató en Grenoble, Jean-François Payen, aún tiene dos años de recuperación y “estar con su familia puede ayudarle”. Hay que tener algo sobrenatural para ganar siete veces el título de F-1, Michael tiene eso que no se pierde nunca. “La victoria es un estado de ánimo”, dijo una vez. Como las lágrimas...
Fuente | as.com