Insólito: intentó robar, pateó un vidrio blindado, se rompió la pierna y huyó

Un insólito episodio sorprendió a los clientes en un local de polirubro chino. Todo transcurría con normalidad, hasta que un ladrón interrumpió el lugar, vestido completamente de negro, con su cara y cuerpo tapados y provisto de un arma de grueso calibre. Al observar al malviviente, la gente que estaba en la ante sala del negocio se comenzó a tirar al suelo.  Sin embargo, algo inesperado sucedería: el ladrón intentó ingresar a donde estaban los empleados y la caja del lugar. Para llevar a cabo la acción, le pegó dos patadas a la puerta y también impactó con su arma sobre el vidrio, pero el mismo era blindado y por eso no le realizó ni una rajadura. No conforme, el delincuente intentó golpear nuevamente, quebrándose la pierna por la fuerza del golpe. 

Ya con una notable dificultad para caminar, efectuó dos disparos sobre el vidrio, pero el efecto fue nuevamente nulo, mientras los clientes lo miraban con temor y un poco de desconfianza. Tras fracasar  nuevamente en su accionar, el malviviente se retiró del lugar rengo y sin lograr su cometido, y los presentes volvieron a respirar, tras varios segundos de tensión. 

Un insólito episodio sorprendió a los clientes en un local de polirubro chino. Todo transcurría con normalidad, hasta que un ladrón interrumpió el lugar, vestido completamente de negro, con su cara y cuerpo tapados y provisto de un arma de grueso calibre.

Al observar al malviviente, la gente que estaba en la ante sala del negocio se comenzó a tirar al suelo.  Sin embargo, algo inesperado sucedería: el ladrón intentó ingresar a donde estaban los empleados y la caja del lugar. Para llevar a cabo la acción, le pegó dos patadas a la puerta y también impactó con su arma sobre el vidrio, pero el mismo era blindado y por eso no le realizó ni una rajadura. No conforme, el delincuente intentó golpear nuevamente, quebrándose la pierna por la fuerza del golpe. Ya con una notable dificultad para caminar, efectuó dos disparos sobre el vidrio, pero el efecto fue nuevamente nulo, mientras los clientes lo miraban con temor y un poco de desconfianza.

Tras fracasar  nuevamente en su accionar, el malviviente se retiró del lugar rengo y sin lograr su cometido, y los presentes volvieron a respirar, tras varios segundos de tensión.