Nuevo escándalo de corrupción sacude al Vaticano: hay cinco funcionarios detenidos Nuevo escándalo de corrupción sacude al Vaticano: hay cinco funcionarios detenidos
En las últimas horas, al menos cinco funcionarios de alto rango en el Vaticano tuvieron que ser suspendidos por estar involucrados en una serie de operaciones financieras presuntamente ilegales, relacionadas con la compraventa de inmuebles.
Los gendarmes de la Santa Sede secuestraron documentación y computadoras desde las oficinas de la Secretaría de Estado del Vaticano, por orden del promotor de Justicia, Gian Piero Milano, quien está al frente de la investigación desde el año pasado.
Por el momento, no trascendieron mayores detalles sobre la operación llevada a cabo en el lugar y El Vaticano solamente señaló lo sucedido durante el procedimiento policial.
Las autoridades investigan operaciones financieras millonarias, supuestamente irregulares, realizadas por los funcionarios de la Secretaría de Estado y la AIF. Los inmuebles del caso estarían ubicados en Londres.
Los jueces investigan la gestión del óbolo de San Pedro, encargada de recoger la ayuda económica que los fieles ofrecen para obras de caridad.
Los acusados son: Vincenzo Mauriello y Fabrizio Tirabassi, dirigentes de la Secretaría de Estado; una empleada de la administación, Caterina Sansone; Mauro Carlino, jefe del Departamento de Información y Documentación, y el director de la AIF, Tommaso Di Ruzza.
“Los mencionados podrán acceder al Estado exclusivamente para acudir a la Dirección de Sanidad e Higiene y para sus servicios, o bien con la autorización de la magistratura vaticana. Monseñor Mauro Carlino seguirá residiendo en la Domus Santa Marta”, se expresa en una circular de la Santa Sede.
Las denuncias fueron realizadas por el Instituto para Obras de Religión, conocido como el banco vaticano, y por la Oficina del Revisor General, a cargo de auditar la administración de los recursos en el lugar.
Hace un año, el empresario italiano Angelo Proietti fue condenado a dos años y seis meses de prisión por el blanqueo de dinero a través de una cuenta abierta en el banco del Vaticano. Fue la primera condena por un delito financiero aplicada en la jurisdicción de la Santa Sede.