El tabaco y sus consecuencias en la salud ocular El tabaco y sus consecuencias en la salud ocular
Los daños del cigarrillo siempre son llamativos y numerosos. Empezando por los conocidos como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares, y hay algunos que se descubren a medida que avanza la investigación.
En este momento, un nuevo estudio del Instituto de Oftalmología de la Universidad de Zhejiang de China pone en evidencia otro riesgo relacionado con el hábito de fumar: la catarata, esa patología ligada a la edad caracterizada por una pérdida progresiva de transparencia del cristalino que se traduce en una reducción significativa de la vista, y que puede llevar incluso a la ceguera.
Para este estudio, el doctor Juan Ye y sus colegas confrontaron numerosas investigaciones internacionales, llevadas a cabo en Asia, Australia, áfrica, Norteamérica y Europa. La intención era cotejar la incidencia de la catarata entre fumadores y no fumadores.
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Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista científica Ophthalmology & Visual Science y muestran que, aunque la incidencia de la catarata se encontró en ambas muestras de sujetos analizados (y teniendo en cuenta que está naturalmente vinculada a la edad) en las personas que fuman el riesgo fue netamente mayor.
El tabaco puede agudizar varias enfermedades oculares, pero las más evidentes y frecuentes son las cataratas y la degeneración macular (DMAE). Estas patologías son más comunes en personas fumadoras o expuestas al tabaco. El efecto de envejecimiento que ejerce el tabaquismo en el organismo es lo que hace empeorar estas enfermedades que, principalmente, son atribuibles a la edad. La persona fumadora está acelerando su envejecimiento; el riesgo de cataratas es un 40- 60% mayor en los fumadores de más de un paquete por día que en los no fumadores y sucede por dos mecanismos; por la irritación directa de los ojos y la liberación en los pulmones de sustancias químicas que llegan a los ojos a través de la sangre. El riesgo disminuye al dejar de fumar, pero algunos sugieren que nunca vuelve a ser igual al de un no fumador.
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Se estima que el 20% de todas las cataratas están relacionadas con el consumo de tabaco. La degeneración macular es la segunda causa de ceguera en las personas mayores de 60 años en los países occidentales, por detrás de la diabetes. Esta enfermedad degenerativa afecta la mácula, responsable de la visión fina. Además, el tabaquismo puede ayudar a la aparición de enfermedades vasculares del ojo, enfermedad ocular tiroidea o sequedad ocular, entre otras.
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Si bien la cirugía de catarata es hoy sencilla y puede eliminarse quirúrgicamente para devolver la visión, muchas personas sufren complicaciones por la catarata debido a servicios quirúrgicos inadecuados; por ello, identificar los factores de riesgo modificables para la catarata (como el cigarrillo) puede ayudar a establecer las medidas preventivas y reducir tanto los gastos financieros como clínicos relacionados con la enfermedad.
Se trata de un estudio más que ayuda a ‘ver claro’ cuáles son los perjuicios del cigarrillo. Y si, tal como lo confirman otros estudios, los textos de advertencia impresos en los atados sirven muy poco para disuadir de fumar, tal vez cuando comencemos a no distinguir lo que está escrito, lo pensaremos más.