Policías heridos, destrozos y vallas al aire Policías heridos, destrozos y vallas al aire
Cuando el primer grupo de policías cedió, los manifestantes asumieron que debían avanzar con fuerza.
Después, sólo reinó la barbarie en el B° Jorge Newbery. Entre las 14 y las 16.30, la Quinta se convirtió en centro de violencia, cubiertas quemadas y vallas devenidas en armas.
Unos lanzaron cuanto objeto contundente encontraron a su paso, mientras que los otros resistieron porque si cedían el edificio se transformaría en “trofeo de guerra”.
En medio de una alocada “lluvia” de piedras, tres policías cayeron al piso y después debieron ser suturados en el Hospital Regional.
Los más desbordados gritaron provocaciones a los policías, insinuando una pelea cuerpo a cuerpo, pero armados con piedras y puntas.
Fin: aguantar
Pese a la sinrazón, los uniformados sólo aguantaron y el objetivo fue proteger el edificio.
Ninguno se salió del perímetro o radio ya establecido por los jefes, o el desastre habría incluido hasta el lamento de alguna vida humana.
Después de una incesante guerra con piedras, los más “entusiastas” de la violencia emprendieron la retirada, en especial al advertir el arribo de refuerzos.
Todos retrocedieron hasta el sector del B° Gas del Estado, “búnker” desde donde anoche amenazaban retornar.