“El contacto con el caballo debería ser de por vida” “El contacto con el caballo debería ser de por vida”
Para Dévora, asistir a sus pequeños pacientes es un trabajo más que placentero y una fuente de conexión con el amor.
“El contacto con el caballo debería ser de por vida, porque es uno de los animales que mayor tranquilidad y seguridad aporta. Hasta nosotros mismos, después de brindar la terapia, lo hacemos subiendo al caballo para descargar la tensión del trabajo”, explica a EL LIBERAL, la profesora de educación especial en discapacidad neuromotora, Dévora Carrasco Namen, sobre su labor encarada dentro del espacio Equinoterapia Intishskan.
En el hipódromo 27 de Abril, brinda sus terapias los días sábados, a niños desde los 2 años con distinto tipos de diagnóstico, que van desde parálisis cerebral, autismo o trastornos mixtos, oposicionista desafiante, entre otras patologías.
“En la equinoterapia buscamos generar el contacto –relata–, porque de acuerdo a los tipos de patologías, lo que más nos cuesta es lograr el vínculo, por eso es que se trabaja con los caballos, para que puedan manejar el equilibrio y la coordinación para lograr la independencia”, explicó la profesional. Aparte de la terapia de montar el caballo, “la profe Dévora”, como cariñosamente la llaman, realiza también otro tipo de trabajos sobre el piso, que implican juegos de encastre, ayuda memorias, manipulación de objetos, trabajos corporales, entre otros ejercicios.
Sobre uno los diagnósticos tratados en las clases de equinoterapia, la profesora comentó sobre los casos de parálisis cerebral. “Se trata de niños que presentan cierta rigidez en los músculos, y se trabaja en ese grupo muscular para evitar todo tipo de lesiones. Después de transitado un tiempo vemos un progreso enorme en cuanto a la socialización, mejora de la parte nerviosa, y se sienten contenidos por el equipo y los padres”, recalca.
También, destacó la importancia de la continuidad de los chicos y las chicas con las terapias, y complementarlo con otros tipos de actividades que realizan durante la semana, además de la asistencia de las instituciones educativas.
Por último, Carrasco Namen dejó un claro mensaje para fortalecer el equipo de trabajo: “somos un grupo bastante diverso. Hay estudiantes, profesionales de educación física y otros que no estudian, pero se involucran. Necesitamos gente que tenga ganas de sumarse y ser partícipes de la rehabilitación de los chicos”.