Los marcapasos, ¿para qué sirven? Los marcapasos, ¿para qué sirven?
Por el Dr. Sebastián Paz
Sociedad de Cardiología de Santiago del Estero
Hace unos años hablar de un
marcapasos eran palabras
mayores. Los marcapasos
no eran tan frecuentes, eran
aparatos mucho menos sofisticados que
hoy y que se implantaban a gente muy mayor
y que casi siempre tenía problemas serios.
Hoy el marcapasos se lo utiliza de forma
fácil y accesible en cualquier persona
que lo necesite.
¿Por qué se necesita un marcapasos?
Nuestro corazón es un motor que empuja
la sangre, como una bomba de agua.
Para hacerlo se contrae y para ello posee
un sistema eléctrico propio.
Este sistema eléctrico, natural y autónomo,
desde la parte alta del corazón
crea descargas que se transmiten a todo
el músculo cardiaco provocando esa contraccion.
El sistema eléctrico puede que no funcione
bien porque:
• El generador (nuestro marcapasos
natural) falla. Es lo que se conoce como un
fallo sinusal.
• Los “cables”, los circuitos que recorren
el corazón, no transmiten bien la
electricidad. Esos cables están “gastados”,
lo que puede ocurrir con la edad, y que por
lo tanto hay peligro de que deje de funcionar
el sistema.
En uno y otro caso la solución sería colocar
un marcapasos artificial.
¿Cómo se coloca un marcapasos?
La colocación de un marcapasos se ha
convertido en una intervención muy simple,
se hace con anestesia local. El paciente
permanece unas horas internado y se
retira a recuperarse en su casa.
El marcapasos se coloca, en general,
debajo de la piel, con unos cables que se
conectan al corazón por una escisión muy
pequeña.
Estos marcapasos tienen sensores que
detectan si estás en reposo o muy activo, y
enviará impulsos eléctricos con más o menos
frecuencia en función de esas necesidades.
El marcapasos tiene una pila, una batería,
que hay que cambiar cada cierto tiempo.
En eso también se ha avanzado mucho.
La batería antes se cambiaba cada
cuatro o cinco años. Hoy la batería dura
nueve o diez años.
¿Para qué sirve?
El marcapasos lo que hace es escuchar
permanentemente el corazón a través de
los cables que se han colocado en sitios estratégicos
de las aurículas y los ventrículos
y va a actuar en función de lo que el cardiólogo
haya determinado.
Por ejemplo, si se programa que un corazón
no puede ir por debajo de 60 latidos
por minuto, cada vez que el corazón baje
de esos 60 latidos, se pondrá en marcha el
marcapasos para aumentar el ritmo.
En otro caso pueden pedirle que el corazón
tenga capacidad de acelerarse hasta
los 140. Cuando ese individuo empiece
a hacer un esfuerzo, empiece a subir una
escalera por ejemplo, el marcapasos va ir
subiendo progresivamente la frecuencia
hasta llegar a esos 140 latidos.
Varía en función del paciente
Hoy, los cardiólogos pueden programar
todo en el marcapasos para que siga
las instrucciones que cada paciente requiera.
Lógicamente, la decisión dependerá
del tipo de paciente. No es lo mismo
una persona de 90 años que apenas sale
de casa y hace un pequeño paseo al día,
que otra de 45, con un problema de arritmias,
pero que quiere hacer una vida absolutamente
normal. La forma en que van
a programar un marcapasos y otro no tiene
nada que ver, lo importante aquí es un
buen diagnóstico para programar bien el
marcapasos.
El marcapasos hoy en día es una prueba
superada, un tema resuelto, que no tiene
importancia más allá de hacer el diagnóstico
correcto y programarle el marcapasos
que necesita el paciente.
Los marcapasos resincronizadores
En casos de insuficiencia cardíaca, por
un corazón enfermo o viejo, que no late
con suficiente fuerza, se puede colocar un
re sincronizador.
Es un modelo sofisticado de marcapasos,
que estimula las distintas cavidades
del corazón para que trabajen coordinadamente.
Este hace que la contracción sea lo más
potente posible. Es una solución que se ha
probado muy efectiva para 1 de cada 3 pacientes
con insuficiencia.
Antes de que apareciera el sincronizador,
la única solución posible para estos
pacientes era el trasplante.
Los marcapasos desfribiladores
Cuando se sospecha que hay riesgo de
que el paciente pueda sufrir una muerte
súbita por paro cardíaco, debido a algún
problema cardíaco hereditario o de otro tipo,
se le protege implantándote un marcapasos
con un desfibrilador incorporado.
Es una versión en miniatura de los desfibriladores
que hay en los centros de salud.
Este marcapasos, además de poder
controlar el ritmo habitual, si detecta que
el paciente no bombea sangre, envía un
choque eléctrico fuerte para que vuelva a
funcionar con normalidad.
Si el aparato detecta que no bombea
sangre, suelta una descarga para reiniciar
los latidos del corazón. Es como tener
siempre al lado a un enfermero asistente
con un desfibrilador esperando para
ayudar. Puede estar durmiendo el paciente
en su casa tranquilamente cuando sufre
el paro (más en concreto es una arritmia
ventricular); no importa, el aparato que
tiene implantado lo detecta e inmediatamente
envía la descarga que normalice el
ritmo cardiaco.
Puede haber varios modelos en uno
Estos aparatos pueden venir interconectados.
Hay marcapasos que también
tienen resincronizador o desfibrilador
o las tres cosas juntas, en función de
las necesidades de cada paciente se pone
la combinación que haga falta, el marcapasos
envía incluso una señal al hospital
o centro de salud si ha tenido que actuar.
Estos dispositivos hoy son muy seguros
y confiables, además, están conectados a
través de un emisor con los hospitales, si
el aparato debe rectificar los latidos o enviar
una descarga, el centro médico recibe
un aviso y si es necesario, se llama al paciente
para hacerse una revisión y detectar
la anomalía.
Lo último: los microimplantes
Hoy, ya se está implantando marcapasos
sin cable, ya no tiene que tener la pila
y un cable, sino que la misma pila hace
la función de cable, éste será sin duda
el futuro de los marcapasos, tecnológicamente
los marcapasos van a evolucionar
de tal forma que se llegara a los microimplantes,
los que serán colocados en las distintas
partes del corazón que se pretende
estimular y van a funcionar de forma autónoma
durante años, mejorando sin dudas
la calidad de vida de los pacientes.
Desde la Sociedad de Cardiología de
Santiago del Estero aconsejamos siempre
observar un estilo de vida saludable, sin
tabaco, sin sobrepeso, con actividad física
y un control periódico de un especialista
que asegure una muy buena calidad
de vida.