Madre de Pinto confesó que nunca alimentó a su hija recien nacida y que la arrojó a la basura Madre de Pinto confesó que nunca alimentó a su hija recien nacida y que la arrojó a la basura
María Antonella López
confesó ayer haber convivido
dos días -sin alimentarla-
con su hija recién
nacida envuelta en una
frazada “hasta que la puse
en el canasto de la basura”.
Luego de la terrible
confesión, hoy el tribunal
escuchará los alegatos, en
un filicidio cuya sentencia
emanará de una fina línea
que divide la responsabilidad
de quien mata, sobre
quien abandona a otra persona
a una muerte segura.
La tragedia se conoció
el jueves 20 de abril de
2017 en un basural de Pinto,
ocasión en que un policía
halló a la recién nacida
sin vida, envuelta en ropa
de su madre.
Sin embargo, la bebé
hacía nacido el lunes anterior.
Hasta el miércoles
“la tuve envuelta en ropa
y frazadas al lado de la cama”,
declaró en la víspera
la imputada, quien enfrenta
una pena reprimida sólo
con prisión perpetua.
Historia judicializada
El jueves, la bebita “apareció”
entre la basura y a las
pocas horas se produjo la
detención de la mujer, hoy
de 20 años.
“Estoy muy arrepentida;
era mi hija y no puedo negarlo”,
manifestó la joven al
tribunal y a las partes.
Antes, la psicóloga Cecilia
Coria Iñíguez declaró que
la detenida “sufrió una aplanamiento
afectivo”.
Al analizar el cuadro, lo
describió como “un síntoma
relacionado con la falta
de expresión y experimentación
de emociones. A menudo,
al aplanamiento afectivo
también se le denomina indiferencia
emocional o embotamiento
afectivo”.
Para la psicóloga, López
“no la consideraba hija y se
encontraba con sus frenos
inhibitorios endebles”.
Al ser interrogada por los
fiscales Martín Silva y Andrea
Darwich, la testigo manifestó
que López no era el
prototipo de una embarazada
estándar.
“No se lo confió a su
pareja. Se sentía muy sola.
Imaginen a una mujer que
algo tan sagrado y hermoso
debe vivirlo desde la
angustia”, describió Coria
Iñíguez ante el tribunal,
integrado por Julio David
Alegre Paz, Alfredo Pérez
Gallardo y Julio Carmelo
Vidal.