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Efebofilia: síntomas, causas y tratamiento de esta parafilia

06/04/2019 23:35 Santiago
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Efebofilia: síntomas, causas y tratamiento de esta parafilia Efebofilia: síntomas, causas y tratamiento de esta parafilia

La sexualidad es parte importante

de nuestro ser;

nuestra manera de vivirla

es diversa y los intereses

y objetos de deseo

que podemos tener pueden ser

profundamente variados. Sin embargo,

algunas personas desarrollan una

fijación o experimentan intensas fantasías

con objetos de deseo inusuales,

poco convencionales o incluso delictivos,

que generan una profunda insatisfacción

o padecimiento a quienes la

padecen o a sus objetos de deseo. Uno

de estos casos es el de la efebofilia, la

atracción sexual por adolescentes menores

de edad, de la cual voy detallar a

lo largo de este artículo.

Filias y parafilias:

definición, tipos y

características

Aunque el término “filia” tiene un

significado muy amplio y puede hacer

referencia a cualquier tipo de afición, en

Psicología lo utilizamos sobre todo en el

campo de la sexualidad. Cuando las filias

son muy marcadas y atípicas hablamos

de parafilia. En este artículo describiré

las características de los tipos de filias

y parafilias más habituales o llamativas.

Para contextualizar estas categorías

es importante definir previamente los

conceptos de filia y parafilia.

Definición de filia y parafilia

La palabra “filia” viene del griego

“philos”, que podríamos traducir como

“amor” o “amistad”. Se suele utilizar

como sufijo para designar la afición

o el gusto intensos por un elemento determinado,

que puede o no ser de tipo

sexual; así, una persona cinéfila es aquella

que disfruta mucho del cine, y la filatelia

es la afición de coleccionar sellos.

No obstante, en psicología la sexualidad

es el campo donde este concepto aparece

de forma más habitual. Dentro de este

ámbito las filias se solapan con las parafilias,

definidas como patrones de conducta

sexual en los que el deseo, la excitación

o el placer dependen en gran medida

de elementos atípicos, aunque esto

no necesariamente conlleva una patología.

Las parafilias son inofensivas si

no conllevan el malestar de la persona ni

de otras, de forma que en muchos casos

simplemente consisten en una preferencia

sexual. Esto suele suceder en el fetichismo

(excitarse con un objeto o parte

del cuerpo), entre otras filias. Sin embargo,

a veces estas preferencias implican

a personas que no consienten o simplemente

dificultan las relaciones de pareja.

El término “filia” se contrapone al de

“fobia”, que se utiliza para hacer referencia

a miedos o aversiones irracionales.

Como las filias, las fobias pueden en ocasiones

ser de tipo sexual; por ejemplo, la

erotofobia o genofobia es la aversión a

las relaciones sexuales, mientras que la

palabra “medomalacufobia” hace referencia

al miedo a perder una erección.

Tipos de filia y sus características

A continuación haré una breve descripción

de las características principales

de distintos tipos de filias y parafilias.

Asignarles una u otra etiqueta

depende de la intensidad de la preferencia,

del malestar que conlleven a

la persona o a otros y del punto de vista

de cada experto.

1. Fetichismo

El fetichismo es la preferencia

sexual por objetos inanimados o bien

por partes concretas del cuerpo. Dos

de las filias fetichistas más conocidas

son la podofilia, que implica los pies, y

el retifismo o gusto por los zapatos. La

preferencia por objetos diseñados para

la estimulación sexual, como los vibradores,

no se considera fetichismo.

2. Exhibicionismo

Esta filia consiste en la obtención de

excitación y placer sexuales al exponer

partes del cuerpo, normalmente los genitales,

a otras personas. Es habitual que

la intensidad de la conducta exhibicionista

aumente con la práctica, pudiendo

adoptar un carácter compulsivo.

3. Voyeurismo o escoptofilia

El voyeurismo se define como

el gusto marcado por observar a personas

desnudas o que están teniendo

sexo. Los voyeurs suelen preferir

que la persona observada no sepa que

la están mirando, y normalmente no

buscan la relación sexual con ésta.

4. Frotteurismo

Las personas frotteuristas, o frotteurs,

buscan el contacto físico con

otras personas para masturbarse después;

en su forma patológica, lo hacen

sin permiso y/o en contra de su voluntad.

Suele llevarse a cabo en lugares

donde hay mucha gente, como el

transporte público o las discotecas. El

frotteurismo es mucho más habitual

en personas jóvenes.

5. Masoquismo sexual

El masoquismo incluye el placer

sexual que se obtiene al recibir daño físico

o humillación, así como cualquier

otro tipo de sufrimiento. Se trata de la

parafilia más común en mujeres, y se

asocia frecuentemente con el sadismo.

6. Sadismo sexual

Las personas sádicas disfrutan

sexualmente con la idea o la práctica

de hacer daño a otros. Aunque se habla

con frecuencia del sadismo sexual patológico,

hay mucha gente sádica que sólo

cumple sus fantasías con personas que

lo consienten; esto sucede por ejemplo

en el BDSM, que engloba las prácticas de

bondage, disciplina, dominación, sumisión,

sadismo y masoquismo.

7. Fetichismo transvestista

Esta filia implica la obtención de

placer sexual al vestirse como una persona

de otro género. Sólo se ha descrito

en hombres heterosexuales, que en

algunos casos no se identifican con el

género masculino. Cuando un varón se

excita viéndose o imaginándose como

si fuera una mujer hablamos de autoginefilia.

8. Pedofilia

El manual DSM V de criterios diagnósticos

de la Salud Mental, define la

pedofilia como la preferencia sexual

por personas que no han llegado a la pubertad

(menores de 13 años aproximadamente).

La diferencia con la pederastia

es que este término designa la práctica

de conductas de abuso a niños, mientras

que la pedofilia puede referirse también

a impulsos o fantasías habituales

que no se han cumplido.

9. Gerontofilia

La gerontofilia es la preferencia

sexual por personas de edad avanzada.

Si la atracción se da hacia varones

ancianos esta filia se conoce como alfamegamia,

mientras que si el objeto

de deseo son mujeres se trata de matronolagnia.

10. Necrofilia

Las personas necrófilas se sienten

atraídas por los cadáveres, sean de humanos

o de otros animales. Aunque lógicamente

la necrofilia suele llevarse

a la práctica sin el consentimiento de la

persona fallecida, se han dado casos de

necrofilia con permiso previo del muerto,

como el famoso episodio de Armin

Meiwes, el “Caníbal de Rotemburgo”.

11. Asfixiofilia

La asfixiofilia consiste en obtener

placer con la sensación de ahogamiento.

La asfixia sexual puede llevarse a cabo

con una pareja o como método de

masturbación; en este caso hablaríamos

de asfixia autoerótica, práctica que está

bastante difundida en las parejas actualmente

y que cuando carecen del control

adecuado en su momento de la excitación

alguna de ellas se puede encontrar

con la muerte, es una práctica que se

asocia al trastorno de personalidad límite

y lógicamente no solo conlleva a conflictos

neuropsicológicos, sino también,

se producen conflicto con la Justicia porque

pasan del placer de su práctica al

displacer de la muerte.

12. Zoofilia o bestialismo

En la zoofilia la persona siente deseo

o realiza actividades sexuales con

animales. Es especialmente frecuente

en entornos rurales y en pacientes

psiquiátricos agudos, y sólo muy raramente

se detectan casos de zoofilia exclusiva.

13. Urofilia y coprofilia

En la urofilia las fantasías incluyen

la presencia de orina, mientras

que en la coprofilia sucede lo mismo

con las heces. Una parafilia relacionada

es el fetichismo del pañal. Cuando

la persona se excita con la idea de

orinar o defecar encima de una pareja

sexual hablamos de salirofilia.

14. Xenofilia

Entendida desde un punto de vista

sexual, la xenofilia es la preferencia

por las personas que son percibidas como

miembros de una etnia exótica o distinta

a la propia. No obstante, en un sentido

más amplio la xenofilia es el gusto por

personas u objetos de origen desconocido,

y técnicamente tiene un significado

opuesto al de la palabra “xenofobia”.

15. Ginandromorfofilia o ginemimetofilia

Esta filia hace referencia a la atracción

preferente, sea exclusiva o no, hacia

personas transgénero o transexuales.

La concepción de la ginandromorfofilia

como un tipo de parafilia

es criticada con frecuencia ya que puede

favorecer la estigmatización de las

personas transgénero y de quienes se

sienten atraídas por ellas.

LA EFEBOFILIA COMO PARAFILIA

Recibe el nombre de efebofilia

o hebefilia el deseo sexual preferente

hacia jóvenes menores de

edad, en edad puberal o postpuberal.

Se trata de una parafilia o

trastorno parafílico, los cuales se

caracterizan por la aparición de

intensas fantasías sexuales en las

cuales el principal objeto de deseo

se centra en seres no humanos,

objetos, sujetos no consintientes

o sin capacidad para consentir

o bien involucra la existencia

de daños y sufrimiento para

uno mismo o para los demás. Estas

fantasías se presentan de manera

intensa durante un mínimo

de seis meses y generan disfuncionalidad

y alteración en el día a

día del sujeto, ocupando una parte

de su tiempo y pudiendo o no

generar malestar a la propia persona.

La fantasía puede quedarse

en lo imaginativo o bien pueden

empujar al sujeto a intentar practicarlas,

y suele generar un interés

sexual exclusivo (si bien esto

último no es imprescindible) hacia

el estímulo parafílico.

Síntomas

En el caso de la efebofilia, tal

y como hemos visto, nos encontramos

con que el objeto de deseo

sexual que forma parte de las

fantasías de quienes padecen esta

parafilia son los menores de

edad que ya han entrado en la pubertad.

En este sentido, el interés

sexual puede aparecer entre

los 11 (más típicamente a partir

de los 15) y los 18 años de edad, y

el otro sujeto debe ser ya un adulto

con una diferencia de edad de

al menos de 5 años. Asimismo,

la atracción puede aparecer tanto

hacia personas del sexo opuesto

como del mismo sexo. Técnicamente

este tipo de interés sexual

podría considerarse un tipo de

pedofilia, dado que en ese caso

el sujeto objeto de deseo del efebófilo

sigue siendo un menor de

edad. Sin embargo, existe una característica

en la que difieren: en

el caso de los efebófilos el sujeto

ya tiene características sexuales

semejantes a las de un sujeto

adulto, ya que se encuentra pasando

la pubertad o la ha superado

ya, mientras que en la pedofilia

clásica el interés se centra en

sujetos prepúberes (sin atributos

sexuales). Por lo general las parafilias

pueden implicar una atracción

sexual exclusiva o casi exclusiva,

si bien dependiendo del caso

también es posible que pueda

mantener relaciones funcionales

con sujetos completamente adultos.

La efebofilia es considerada

una parafilia, especialmente si la

atracción se da únicamente y de

manera fija hacia menores pospuberales.

En otros contextos,

entornos y culturas, sin embargo,

es considerada una respuesta

sexual normal, debido a que el

objeto de deseo tiene características

sexuales adultas o casi-adultas.

Ahora bien, características

tales como la búsqueda de entornos

donde abunden este tipo de

menores por el mero hecho de estar

cerca de un objeto de deseo, el

grooming o características sádicas

o predatorias hacia este sector

de la población pueden estar

hablándonos de una problemática

de tipo parafílico.

¿Se trata de una parafilia delictiva?

Algunas parafilias pueden no

ser delictivas, excesivamente invalidantes

o tener afectación más

allá de lo meramente sexual, pero

en otros casos como en el que nos

ocupa la puesta en práctica de las

fantasías en sí puede conllevar la

comisión de un delito, puesto que

la efebofilia podría considerarse

pedofilia o abuso dependiendo

de la edad y las circunstancias

que rodeen el consentimiento. En

Argentina y en la actualidad, la

edad mínima de consentimiento

sexual es de 18 años de edad.

Ahora bien, aunque se dé consentimiento

deben existir para ello

condiciones de igualdad; si media

el abuso de autoridad o el adulto

seduce mediante manipulación al

menor estamos hablando de un

caso de un tipo de abuso sexual.

Si no se da el caso; o sea, hay consentimiento

y no se produce manipulación

por parte del adulto

maduro y siempre que supere los

18 años, no estaríamos ante una

interacción constitutiva de delito.

Causas

Las causas de la efebofilia no

están totalmente claras, al igual

que ocurre con el resto de parafilias.

Existe asimismo debate respecto

de si debería considerarse

parafilia o no en aquellos casos en

que la atracción no es exclusiva y

no genera una alteración en la vida

del sujeto o de su objeto de deseo.

Entre algunas hipótesis existentes

podríamos considerar la

existencia de un déficit de habilidades

de afrontamiento, habilidades

sociales o a una elevada inseguridad

o falta de autoestima.

En este sentido, el efebófilo

podría considerarse incapaz de

relacionarse con personas de su

misma edad, algo que le puede

llevar a sentirse más cómodo en

compañía de prepúberes. También

es posible que exista un deseo

de dominación y poder con

alguien que, si bien físicamente

se asemeja a un adulto, es por lo

general más inocente y tiene menos

experiencia vital, lo que supone

que el efebófilo tiene una

posición de superioridad.

Además de ello el adulto puede

ya tener recursos mientras que

el adolescente es menos probable

que los posea, de tal manera que

el adulto podría verse como proveedor

y protector de su objeto de

deseo. Asimismo otra explicación

podría encontrarse en el aprendizaje

por modelamiento o incluso

por modelos parentales; un sujeto

puede aprender que los sujetos

adolescentes son sexualmente

deseables a partir de lo que el entorno

le enseña.

Además, puede haberse producido

un condicionamiento

masturbatorio si la excitación

sexual o el orgasmo se ha asociado

a la imagen de adolescentes.

Por último, hay que tener en

cuenta de que el hecho de que el

físico pueda ser ya prácticamente

el de un adulto puede hacer

que exista una cierta atracción no

necesariamente patológica, pese

a que cabe destacar que su nivel

de desarrollo tanto físico como

especialmente el psíquico no

se corresponden con el del sujeto

adulto.

Tratamiento

La atracción sexual hacia adolescentes

puede no precisar de

tratamiento neuropsicológico,

pero en aquellos casos en que la

atracción es exclusiva y supone

un malestar clínicamente significativo,

o bien conlleva una acción

de abuso sexual, es posible

intentar utilizar diversos procedimientos

a nivel neuropsicológicos

y neurológicos. En este caso

debería buscarse en primer lugar

qué implicaciones tiene la figura

del adolescente para el sujeto y

que elementos de él resultan relevantes

para generar la excitación,

esto se combina muy bien con un

exhaustivo tratamiento psicológico

y poder evaluar neuropsicológicamente

al paciente para observar

si tiene alguna disfunción

a nivel orgánico cerebral. Asimismo,

en caso de malestar también

habrá que discutir de dónde viene

el malestar y la afectación que

le genera al sujeto en su día a día

sus fantasías. Tras ello se procede

a buscar desarrollar vínculos

emocionales positivos con situaciones

no parafílicas para proceder

a desensibilizar el estímulo

parafílico con procedimientos como

el recondicionamiento masturbatorio

o la ruptura de la cadena

de acciones que lleva a la excitación

con el menor, esto también

es el orden evaluatorio neuropsicológico

que nos dará mayor

efectividad de cómo tratar al

paciente. En ocasiones también

puede ser de utilidad la terapia

de aceptación y compromiso, especialmente

en casos que no revisten

características parafílicas y

en que se da una atracción sexual

normativa.

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