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EL LIBERAL . Santiago

Nosocomefobia, sus síntomas, causas y tratamientos (segunda y última parte)

01/04/2019 01:05 Santiago
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Nosocomefobia, sus síntomas, causas y tratamientos (segunda y última parte) Nosocomefobia, sus síntomas, causas y tratamientos (segunda y última parte)

L a mayoría de fobias pueden llegar

a ser muy invalidantes para

las personas que las sufren, especialmente

si el estímulo que

les genera ansiedad está presente

con frecuencia en el medio que les rodea.

La evitación activa del estímulo y lo que

se relaciona con él hará que evite determinadas

zonas, se acerque o relacione con determinada

gente o incluso que no pueda disfrutar

de determinados tipos de ocio, trabajo o

estudios. En algunos casos incluso les puede

imposibilitar salir de su hogar.

Sin embargo, además de la propia ansiedad

y malestar sentida y lo invalidante que

resulte en diferentes niveles y ámbitos vitales,

en el caso de la nosocomefobia estamos

ante una que puede suponer un peligro directo

para la vida y supervivencia del afectado.

Y es que quienes sufren esta fobia van a

evitar ir a hospitales y servicios médicos, algo

que podría hacer que no buscaran tratamiento

médico en condiciones peligrosas,

como por ejemplo cardiopatías, traumatismos

o infecciones entre otras muchas. Si

bien es cierto que existe la posibilidad de llamar

al médico y que acuda al domicilio, en

muchos casos puede precisarse instrumental

o tecnologías que no resulten fácilmente

transportables, o bien un entorno esterilizado

y estanco. Incluso algunas personas pueden

llegar a obviar también esta opción debido

a su asociación con el contexto médico

y hospitalario. Además de su propia supervivencia,

también puede tener repercusiones a

nivel socioafectivo; existirán dificultades para

visitar a personas de su entorno que por

algún motivo estén hospitalizadas, asistir a

partos o nacimientos o despedirse de seres

queridos en sus últimos momentos. Es también

posible que el miedo a que se los puedan

contagiar de una enfermedad, para ellos

grave, es que puedan contar con el pretexto

de la evitación o rechazo de personas enfermas

incluso fuera del centro. Ello puede provocar

peleas e incomprensiones por parte

del entorno familiar y social.

Posibles causas e hipótesis

explicativas

Las causas de la nosocomefobia no están

totalmente claras y por lo general no se encuentran

en un único elemento sino en un

cúmulo de variables, y tiene un origen multicausal.

Sin embargo, pueden establecerse diferentes

hipótesis al respecto. En primer lugar,

cabe tener en cuenta que los hospitales

son establecimientos donde acuden personas

con problemas de salud con el fin de curarse

o bien descubrir qué les sucede. También

es un lugar donde, a veces, las personas

pasan sus últimos momentos antes de morir.

Todos lo sabemos, y es una idea que puede

transmitirse socialmente. En este sentido,

una de las posibles explicaciones pasaría

por el hecho de que se ha condicionado

el centro o aquello que recuerda a individuo

a nivel cognitivo con un estímulo que de por

sí resulta aversivo como el dolor y el sufrimiento.

Este mismo principio explica también el

hecho de que en el caso de que existan fobias

a los médicos, a la sangre, al daño, a las inyecciones

o a la enfermedad, o incluso a los

gérmenes, es posible que en ocasiones el

miedo a dichos estímulos pueda generalizarse

y condicionar nuestra respuesta al centro

de salud en cuestión. De este modo, un estímulo

al principio neutro (el hospital en sí),

se relaciona con lo que nos aterra (el daño,

la muerte u otro estímulo fóbico) y termina

provocando en nosotros una respuesta condicionada

de miedo y ansiedad.

Vinculado con esta hipótesis podemos

plantear que otra posible explicación puede

hallarse en la vivencia de situaciones ansiógenos

en el pasado dentro de un contexto

médico u hospitalario; la vivencia de la

enfermedad y muerte de un ser querido, el

diagnóstico de una enfermedad grave, una

hospitalización larga en la infancia, un tratamiento

o prueba médica dolorosa (por

ejemplo la quimioterapia).

Estas situaciones pueden generar gran

malestar y pueden desencadenar ansiedad

hacia el entorno en que se produjo. Se trataría

de un condicionamiento de la respuesta.

Además de ello, cabe tener en cuenta que

estamos ante un tipo de fobia principalmente

vinculada con la idea del daño y/o de la

muerte.

En este sentido resulta una fobia cuyo

origen, del mismo modo que puede ocurrir

con otros como la fobia a las arañas o a las

serpientes, puede tener un sentido biológico.

Tal y como propone la teoría de la preparación

de Seligman, algunas fobias pueden

haber sido heredadas a nivel filogenético

dado que en el pasado evitar dichos estímulos

nos protegió y sirvió para sobrevivir

como especie.

Si bien tal vez no sea un caso directo, hay

que tener en cuenta que existen factores cognitivos

que pueden vincular hospital con daño;

aunque podamos ir al hospital a curarnos,

en el fondo este hecho implica que estamos

padeciendo algún mal, que a nivel cognitivo

puede ser difícil de aceptar. Otra posible

causa puede encontrarse en la existencia

de preocupación o miedo de perder el control

sobre uno mismo; en el hospital pasas a

ser un paciente, un ser pasivo que se ve sometido

al criterio de otro ser humano con

poder de decisión sobre nosotros.

Tratamiento del miedo a los

hospitales

Tratar la nosocomefobia en aquellas personas

que la padecen es altamente recomendable,

debido a la profunda afectación o incluso

riesgo que puede tener para su vida.

Afortunadamente, existen diferentes alternativas

que permiten tratar con gran éxito

tanto estas como otras fobias. La primera y

más exitosa de todas ellas es la terapia de exposición.

En ella, se establece entre profesional y

paciente una serie de objetivos y una jerarquía

de estímulos o situaciones generadoras

de ansiedad. Esta jerarquía será ordenada

en función del grado de ansiedad que genere,

y de manera estructurada y poco a poco

se va a ir exponiendo al sujeto a cada uno

de los ítems o estímulos (comenzando por

niveles intermedios) hasta lograr que el sujeto

vea reducida su ansiedad hasta que esta

desaparezca o bien resulte controlable. Según

vaya superando cada ítem al menos dos

veces sin que exista ansiedad o al menos que

esta no supere determinado nivel, se irá pasando

al siguiente ítem.

Esta técnica suele emplearse en vivo (en

la realidad), pero en caso de no ser posible

puede ser empleada en imaginación (en la

que si bien tiene menor efecto también ha

manifestado cierta utilidad). También es

posible utilizar exposición en realidad virtual,

generando un entorno virtual en forma

de hospital o consulta en el que el sujeto

se expone a diversos estímulos de forma

altamente controlada (si bien por lo general

es algo menos efectivo que la exposición en

vivo, resulta eficaz e incluso podría servir de

paso previo a la práctica en vivo).

Existe también la desensibilización sistemática,

cuya principal diferencia con la anterior

es el hecho de que en la segunda en

vez de esperar que se reduzca la ansiedad se

plantea la realización de una actividad incompatible

con esta, como ejercicios de relajación.

Además de la exposición, es necesario

tener en cuenta que en la nosocomefobia

pueden existir factores cognitivos muy poderosos

que medien o incluye estén en la base

de la ansiedad sentida.

En este sentido puede ser de gran interés

la realización de diversas técnicas de reestructuración

cognitiva en la que pueden

trabajarse aspectos como las creencias sobre

lo que es un hospital, la evaluación del

riesgo real que supone, la vinculación entre

hospital y dolor, posibles sesgos cognitivos o

creencias disfuncionales o el miedo a la pérdida

del control o la salud y lo que dicha pérdida

podría suponer. También pueden fortalecerse

y realizarse un entrenamiento en

gestión del estrés, autoestima o percepción

de control. Finalmente la práctica de técnicas

de relajación puede ser de utilidad para

rebajar la ansiedad sentida antes de exponerse.

En ocasiones también puede llegar a

ser útil el uso de fármacos tranquilizantes, si

bien algunos de los motivos que pueden llevarnos

a necesitar ir a un hospital pueden

requerir del no consumo de fármacos.

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