Feromonas: Qué son y cómo influyen en nuestra vida sexual (2ª parte) Feromonas: Qué son y cómo influyen en nuestra vida sexual (2ª parte)
CONDUCTAS BáSICAS PARA DISFRUTAR DE UNA
SEXUALIDAD PLENA Y SATISFACTORIA
A pesar de todo lo que se ha publicado sobre
psicología y sexualidad, la influencia
cultural perpetuada por la televisión, los
anuncios y los multimedios en general aún
siguen influyendo sobre nuestras creencias de cómo
deberíamos vivir nuestra sexualidad. Hoy vivimos
rodeados de una hipersexualidad distorsionada
a través de la cual, sobre todo en los jóvenes, se
potencia la aparición de un deseo que prevalece
sobre el del otro, razón por la cual los profesionales
hemos de abordar el tema de la sexualidad con
mirada de género. Lo cierto es que nuestras creencias
y fantasías en torno a cómo debería ser la vida
en pareja y cómo hemos de vivir nuestra sexualidad,
están estrechamente relacionadas con las dificultades
que nos encontramos los neuropsicólogos
en la consulta.
Vivir una sexualidad mejor
Grandes especialistas e investigadores de las
neurociencias y neuropsicólogos aportaban sus
mociones comentando que el órgano sexual más
potente es nuestro cerebro. Por tanto, si vivimos
nuestra sexualidad concentrándonos en pensamientos
que alimentan la culpa, los prejuicios y los
estereotipos, estamos condenados a la insatisfacción
sexual. Los especialistas e inclusive especialistas
sexólogos también nos recordaba que vivimos
en una era en la que todos disponemos de televisor
en casa pero, aún hoy, hay muchas mujeres
que no saben qué quiere decir tener un orgasmo.
Relatos eróticos, una nueva forma
de disfrutar del sexo
Con el uso de las palabras podemos imaginar
mucho más de lo que creemos y podemos visualizar
cada escena y cada diálogo como si fuéramos
los protagonistas de la historia. Es por eso que, si
te gusta más leer, siempre puedes utilizar el material
narrativo que puedes encontrar en relatos eróticos
de todo tipo. Muchos de estos textos harán
que los amantes de la lectura nocturna se vean enganchados
a sus páginas.
Recursos para mejorar tu vida
sexual
Otra opción que tenemos para sentirnos con
más apetito y avivar el deseo sexual es gustarnos y
sentirnos deseados. Así es como podemos sugerir
a que pienses cómo podrías cambiar algo de tu aspecto,
de la ropa, la lencería, el maquillaje, el pelo,
los complementos... lo que sea necesario para sentirse
más sexy. ¿Te atreves a escoger un cambio y
realizarlo? ¿Qué reacción vas a generar en el otro?
Mirarnos con otros ojos ayuda a subir nuestra autoestima
y a erotizar los encuentros sexuales para
lograr subir la líbido. Pero, además, si nos sentimos
bien con nosotros mismos seguro que estaremos
muy bien con el otro, los demás también nos verán
más atractivos.
¡No hay mejor manera de sentirse
deseado que mirar a tu pareja y ver cómo
te mira!
Los 5 principios para
disfrutar la sexualidad
Una vez contextualizado el camino que nos queda
por recorrer y la influencia cultural que nos condiciona,
vamos a centrarnos en las soluciones. Los
5 principios básicos para disfrutar de una sexualidad
plena y sana es lo que voy a detallar a continuación
para dar una referencia y/o parámetro
de por lo menos con qué debemos comenzar para
ser excelentes amantes y tener placer pleno en la
sexualidad con nuestra pareja.
1_Tu sexualidad empieza por ti
Este es un principio que señala directamente
a las mujeres, dado que hay información
científica que se tiene en relación al hombre y
que se supone hay una desventaja en relación a los
hombres, en el que mujeres antecesoras no pudieron
escoger y vivieron su sexualidad de acuerdo a
lo dictado por una sociedad patriarcal, por lo que
apenas conocían su cuerpo y escuchaban sus necesidades.
Los únicos mensajes que recibían relacionados
con el tema sexual eran sobre su menstruación,
y en algunos casos ni eso, y su deber de
complacer al marido, en un clima íntimo, sí, pero
también nublado por los prejuicios y los recatos
de la época. Algo que hoy de manifiesto puedo
decir que era una exagerada represión a la mujer
a sus pretensiones placenteras en lo sexual. Hoy,
ciertamente, cada vez más mujeres tienen prácticamente
el mismo conocimiento sobre sus propios
órganos sexuales como los hombres, y este autoconocimiento
es clave para poder hablar de orgasmo.
Este es el principio número 1, que señala que,
seas del género que seas, has de conocer tu propia
sexualidad, y conocer y aceptar tu cuerpo (la autoconfianza
es clave). Y sí, también incluye la opción
de practicar el autoerotismo, la masturbación (moderado),
la auto-estimulación… lo nombremos como
lo nombremos todo empieza por nuestro propio
cuerpo y nuestro placer. Nunca olvidemos que
en nuestro concepto de autoestima vemos que nos
dirige a un entendimiento de autoconocimiento; o
sea; si yo no me amo, no puedo amar al otro. Como
dijo alguna vez Sigmund Freud, “el primer amor somos
nosotros mismos”.
2_ Siempre sujeto y nunca objeto
Cosificar es “tratar/convertir” a una
persona, un ser vivo, en un objeto, un
ser inanimado, para su uso o, incluso, para su
abuso. Es cierto que existen fantasías sexuales
en las que una persona es usada por la otra,
pero siempre implican un consentimiento del supuesto
“objeto”, por lo que éste o esta disfruta
de ese uso sexual. Las emociones y los deseos
de ambas personas cuentan, y cuando es
así, no hablaríamos ni de abuso ni de violencia.
Concepción Garriga, reconocida psicóloga,
en su libro “La bondad en la subjetividad femenina:
Implicaciones para la clínica y para la
sexualidad” refleja la influencia del patriarcado
en la construcción de nuestra sexualidad, poniendo
hincapié en la bondad que se esperaba
de las mujeres, y que se materializaba en cuidar
y complacer al otro, poniendo las emociones,
los deseos y las necesidades del otro por encima
de las propias de la mujer. Evidentemente,
este concepto de la sexualidad se ha ido transformando,
pero aún hay enredaderas culturales
que se deslizan por debajo de la puerta de nuestros
dormitorios y entran en nuestra intimidad,
que hemos de ir identificando para disfrutar de
una sexualidad sana. Ser sujeto quiere decir ser
libre, ser protagonista y escuchar y atender los
propios deseos. Las dos personas que integran
la pareja (hombre-mujer, mujer-mujer, hombrehombre)
han de ser sujetos y por lo tanto ambas
necesidades, subjetividades y lascivias han de
ser escuchadas.
3_ Conciencia sexual plena
gracias al Mindfulness
El Mindfulness es cada vez más conocido,
pero poco se ha hablado de lo mucho que benefician
a las prácticas sexuales, la práctica habitual
de técnica como la meditación o el Mindfulness.
La presión racional y cognitiva que puede ejercer
nuestra mente si no se controla durante las relaciones
sexuales, puede generar pensamientos automáticos
de inseguridad (“no lo hago demasiado
bien”, “seguro que no le gusta”) que desencadene
en ausencia de erección (disfunción eréctil) en los
hombres, o dificultad de alcanzar el orgasmo (anorgasmia)
en las mujeres. Ejercita tu mente. No permitas
que te impida disfrutar de una sexualidad plena
y satisfactoria.
4_ Generosidad sexual, placer
compartido
Si ambas personas pueden ser sujetos,
quiere decir que ambas pueden elegir qué hacer,
qué desear, qué experimentar, qué nos ayuda
a gozar y qué podemos compartir. Desear, decidir,
experimentar y gozar, cuatro verbos que conducen
al orgasmo. Pero no quiere decir no complacer a la
otra parte. Las relaciones sexuales han de ser recíprocas,
bidireccionales, desinteresadas y generosas.
Eso significa que para disfrutar de una sexualidad
sana en pareja, el placer de la otra persona ha
de aumentar tu propio placer, porque cuenta para ti
el disfrute de la otra parte y el tuyo a la inversa, existe
reciprocidad. Sólo planteándonos las relaciones
de este modo podemos hablar de relaciones satisfactorias.
Evidentemente si no somos mentalistas
no podemos adivinar qué excita a la otra persona,
por lo que será importante que en la relación de pareja,
el diálogo, la armonía, el consenso, la tranquilidad,
el respeto y la seguridad estará presente en la
predisposición y elección de ambas partes para llegar
a un entendimiento placentero y racional.
5_ Comunica, expresa y confía en
ti mismo
Los especialistas sexólogos, neuropsicólogos
y científicos de las relaciones humanas nos
dicen que “la comunicación es acción y la acción es
comunicación”. Naturalmente, considero que también
la podemos aplicar en la sexualidad y las relaciones
humanas en general. Comunicar durante las
relaciones sexuales es acción y actuar es comunicar.
La complicidad vendrá determinada por nuestra
capacidad de comunicar a la otra persona cuál
es el camino hacia nuestro orgasmo, observar, experimentar
y nuestra capacidad de escucha sobre
el mismo. Expresarte sin prejuicios. Sin tabúes, tener
confianza en uno mismo es determinante. La
confianza la adquirimos con el autoconocimiento y
la experimentación. Ambas vivencias nos conducen
a sentirnos seguros, y por esta razón muchos expertos
ubican la plenitud sexual a partir de los 35
años. Pero como neuropsicólogo considero que la
realidad es que hoy, gracias a los cambios culturales,
y sobre todo a los avances de la Psicología
Sexual, de la Neuropsicología y de los grandes estudios
de las Neurociencias y de los procesos de esquemas
mentales, es posible disfrutar de la sexualidad
con madurez bastante antes de los 35 años, y
estos cinco principios son la clave para ello.