Alfredo Gath y Lorenzo Chavez, los hombres que inventaron la navidad en la Argentina (primera parte) Alfredo Gath y Lorenzo Chavez, los hombres que inventaron la navidad en la Argentina (primera parte)
más celebrada en el mundo,
habiendo trascendido los límites
de la fe y abarcando a todas
las culturas. La llegada del
Niño Dios ha sido festejada durante
veinte siglos en casi todos
los rincones de la tierra. Pero
hace algo más de ciento cincuenta
años, esta fiesta fue adquiriendo un carácter social
y cultural que la hace el hecho dominante en el mes
de diciembre, tanto en términos comerciales como sociales.
En la Argentina ocurrió esta circunstancia de la
mano de dos hombres, que “inventaron” la Navidad como
un hecho relevante. Uno de esos hombres fue santiagueño,
de familia carioca, don Lorenzo Chaves y su
socio don Alfredo Gath, hijo de un ingeniero británico;
es decir, dos argentinos de ley.
A partir de 1880, Buenos Aires creció a pasos agigantados.
Aquella “Gran Aldea” que pintara magníficamente
Lucio Vicente López en su novela de 1884, tenía por
entonces 100 mil habitantes y no se soñaba aún como
una de las metrópolis más importantes de Occidente.
Todavía en París no se habían creado las Galerías Laffayette
(1893), pero sí en Milán se había abierto la “Vittorio
Emmanuelle”. Los argentinos, que no tenían complejos
en imitar a Europa, ya poseían algunas grandes
tiendas: amplios locales con varias plantas para comprar
todo lo necesario para las damas, los caballeros, los
niños y el hogar.
Esos grandes comercios como “A la ciudad de Londres”,
“A la ciudad de México”, “San Miguel” y el “Bazar
Dos Mundos” modernizaron en forma notable el modo
de la venta minorista. Y en todas las grandes ciudades
del país, entre ellas Santiago del Estero, se producía ese
fenómeno que hizo de todas las urbes sociedades muy
similares. Sin embargo, la fundación de Gath & Chaves
en Buenos Aires marcó un antes y un después en las costumbres
de compra de los argentinos.
Estos dos argentinos, Lorenzo Chaves y Alfredo Gath,
que simpatizaron en un evento social, decidieron
constituir su propia firma “Gath & Chaves Ltd.” En
1893. Abren el primer local sobre la calle San Martín,
a pocos metros de la Catedral de Buenos Aires y a los
dos años se mudan a Piedad 569 (hoy Bartolomé Mitre),
donde venden ropa para caballeros confeccionada con
elegantes telas inglesas que eran las más requeridas por
el mercado.
Ya hacia 1901 se convierten en la primera tienda por
departamentos de la Argentina, inaugurando el primer
edificio propio sobre la calle Florida. Más adelante en
1914, se abre la casa central en la esquina de lo que era
entonces Florida y Cangallo (hoy Perón), y en un fantástico
palacio de ocho pisos con el frente revestido en mármol
oscuro, que lucía una de las escaleras más bellas jamás
construida. Cada piso con balcones enrejados con
la más fina factura. La ceremonia de inauguración significó
un acontecimiento social y comercial sin par. Ese
mismo año se instala en Buenos Aires, la única sucursal
en el mundo de la tienda londinense “Harrod's”. En la
década de 1910 fue la empresa comercial minorista que
más facturó en el mundo, superando a todas sus competidoras
y colegas.
Ya por entonces, una de las grandes atracciones de
“Gath y Chaves”, como la conocía todo el mundo, era dividir
el año en temporadas, siguiendo en algunos casos
las estaciones del año. Sin duda la coronación del año
era la llegada de los Reyes Magos, que durante un mes,
recibían las cartas de miles de niños que con sus padres
iban a las sucursales de la gran tienda, para cumplir con
una ceremonia que se convirtió en ritual para todas las
ciudades en las que “Gath y Chaves” dominaba el mercado
de las tiendas. Me permito una anécdota autorreferencial,
contándoles que para mi familia era sagrada
la peregrinación en los últimos años de la década del ’60
y los primeros de los ’70, hacia el 20 de diciembre, rumbo
a los tronos de los Reyes Magos, que uno encontraba
luego de subir por una escalera que sentíamos mágica
en esa legendaria esquina porteña. La figura de los
dos fundadores al timón de la exitosa nave que era “Gath
& Chaves” era habitual en todas las sucursales de la
firma en el país.
En 1922 su fusión con “Harrod's” marcó un cambio
de destino para la firma. Y para la temporada de las
fiestas, a la figura religiosa de los Reyes Magos, se le sumó
en otros pisos, la presencia de Papá Noel, ese personaje
derivado de la historia de un obispo turco, que pagó
la dote de una joven que su padre no podía entregar en
matrimonio (eran obviamente otros tiempos), tirando
una bolsa de monedas por la chimenea. Así, esa mujer
tuvo otro destino mejor al que le esperaba. Ese obispo
fue enterrado en Italia, y se convirtió en un santo muy
popular en el mundo y sobre todo en Argentina: San Nicolás
de Bari.