Casa del horror: "Lo que sufrimos mis hijos y yo, nunca lo vamos a olvidar" Casa del horror: "Lo que sufrimos mis hijos y yo, nunca lo vamos a olvidar"
Dos ranchos bajos en medio de un amplio patio de tierra, conforman la casa del horror del departamento Taboada. Tímidamente recibe a EL LIBERAL la mujer que después de toda una vida de pesadilla, pudo la semana pasada denunciar y así terminar con los vejámenes en su propio cuerpo y en los de sus hijas adolescentes.
El nefasto hacedor de los más aberrantes hechos era su esposo, violador y maltratador violento de toda la familia. Fue denunciado y la policía sacó a su esposa y los hijos de la vivienda para ubicarlos en un refugio provisto por una ONG de la zona. A los días, insólitamente, el jueves de la semana pasada, el sujeto falleció solo en ese patio donde ayer una de sus víctimas puso en palabras su odisea a los periodistas de este diario.
"Yo tenía 12 años cuando lo conocí en Buenos Aires, él tenía ya 36".
"Los dos éramos santiagueños y coincidimos en Moreno, Buenos Aires. Yo era muy chica, pero ahí empezó todo. Tuvimos 10 hijos. Mi vida era de lo peor, pero después empezó a abusar de mi hija que ahora tiene 22 años. Le pregunté por qué y me golpeó".
"En total, lo denuncié doce veces. También mi hija lo denunciaba. Pero a él no le importaba nada. Y vivía pegándome", ahondó.
"Tanto me faltó el respeto que mis hijos, de 22 y 17 años, se animaron también a golpearme", agregó.
Te recomendamos: "El padre comía asado y sus hijos, hambrientos, debían cortarle la carne"
Con el tiempo, los jóvenes imitaron al padre. En el día a día, la madre se convirtió en esclava física, sin que importara el vínculo.
"Vinimos a Santiago. Del B° Islas Malvinas pasamos a la casa de mi padre", acotó. Allí, en un tiempo que no sabe precisar, descubrió a su esposo manoseando a la hija de 14 años.
"Me fui y le avisé a las maestras del pueblo. Me aconsejaron denunciar todo. él ya estaba en silla de ruedas, pero igual le tenía mucho miedo", dijo.
En 24 horas, la fiscal Andrea Darwich envió a la policía a la casa y fueron rescatadas madre e hijas más chicas y la propia adolescente. Fueron alojadas en un refugio del B° Juan XXIII y se dio intervención a la defensora, Andrea Blinder.
Previamente, la familia pasó por un centro de salud y fue asistida por la doctora Elisa Juárez Fantoni.
Hoy se plegará al auxilio personal de la Subsecretaría de la Niñez, Adolescencia y Familias (Subnaf), a cargo de Gabriel Toloza.