Génova, paralizada por el funeral de las víctimas del puente Morandi

Este sábado, la ciudad italiana de Génova vivió una de las jornadas más tristes e impactantes de su historia tras el funeral de las 41 víctimas mortales por el derrumbe del histórico puente Morardi de la ciudad portuaria.

En un ambiente solemne en el pabellón de la Feria de Génova se celebró, delante del mar, el funeral de Estado para las 41 víctimas mortales de la tragedia que partió en dos la ciudad portuaria del norte de Italia.

A pesar de que ayer por la noche se contaban 38 víctimas fatales por el derrumbe del puente, esta mañana identificaron a tres de las personas que permanecían desaparecidas hasta el momento. Se trató de la familia Cecala, el padre, la madre y una niña de nueve años, que viajaban en su coche Hyundai. Ahora solo resta conocer el paradero de Mirko Vicini, un trabajador de 31 años de una compañía de residuos de la ciudad.

Pese a la congoja y el despliegue y presencia de las autoridades en el funeral, sólo fue para 19 de las víctimas ya que las restantes veinte familias rechazaron participar en el acto ya que lo consideran "una farsa política".

Roberto Battiloro, padre de uno de los chicos muertos, acusó directamente al Estado de homicidio. Otros, en cambio prefirieron despedir a los suyos lejos de los focos.

Los familiares, claman justicia por la que consideran una tragedia que se podría haber evitado. El puente Morandi era una infraestructura que desde hacía años presentaba señales de decadencia.

“El puente se ha hundido: no era sólo un trozo importante de la autopista, sino una vía necesaria para la vida cotidiana de muchos, una arteria esencial para el desarrollo de la ciudad. Génova, sin embargo, no se para, continuará luchando”, expresó el arzobispo de Génova, Angelo Bagnasco, que presidió el funeral.

El pabellón en el que se llevó a cabo el responso, estuvo completo: 5.000 personas, según el diario La Repubblica, y 400 miembros de las fuerzas del orden y políticos, además de cientos de periodistas.