Malena Solda hace realidad su sueño de interpretar a Shakespeare Malena Solda hace realidad su sueño de interpretar a Shakespeare
Malena Solda es Ariel, el espíritu que ayuda a Próspero en pergeñar su venganza en el drama de William Shakespeare "La Tempestad", que bajo dirección de la británica Penny Cherns, se estrena mañana en el teatro San Martín (Buenos Aires), donde permanecerá en cartel durante tres meses.
Es la primera vez que Solda hace una obra de Shakespeare en años y desde que tuvo una residencia anual en 2005 en la London Academic of Music and Dramatic Art, una de las academias más importantes del mundo en el estudio de la obra del autor de "Otelo" y "Hamlet", y donde conoció a Cherns.
"Hace muchos años, de una manera u otra me vengo preparando para hacer Shakespeare, en 2005 fui a estudiar a Inglaterra un posgrado en teatro clásico y ahí conocimos esta directora. Estuve un año formándome allá y desde que volví, en 2006, no había hecho Shakespeare", contó Solda.
"Me habían ofrecido -continúa la actriz- pero no me había cerrado porque yo quería hacerlo con alguien que conociera el estilo, que es muy específico y con algunas reglas que después podés romper si querés pero que primero tenés que conocer para saber qué y por qué las estás rompiendo. Quería hacer Shakespeare con un director del que pudiera aprender y con el que compartiera las bases desde donde lo hacía, y esto es lo que sucede ahora con Penny".
Además de Solda como Ariel, la obra cuenta con un elenco que completan Oski Guzmán como Próspero, Martín Slipak, Alexia Moyano, Gustavo Pardi e Iván Moschner.
El movimiento en escena es de Abigail Kessel, la música original, dirección musical y diseño sonoro de Rony Keselman, la iluminación de Eli Sirlin, el vestuario de Mini Zuccheri y la escenografía de Jorge Ferrari.
¿Cómo decidieron abordar este clásico, escrito a comienzos del 1600?
Lo que la directora planteó es si la forma en que Próspero gobierna la isla es la única que hay para ejercer el poder o si hay otras maneras y si es posible establecer otro tipo de relaciones en la sociedad, relaciones que no sean tan abusivas, si podemos dejar de lado el deseo de venganza, si somos capaces de sentir piedad y ponernos en el lugar del otro.
¿Cuál es la propuesta de la obra desde lo corporal y el trabajo físico, que desarrollaron con Kessel y Cherns?
Hay varios actores que doblan los personajes y hacen dos opuestos, como los casos de Iván Moschner y Marcelo Xicarts, los que no doblamos personajes, como Oski y yo, sí trabajamos el cuerpo buscando esos opuestos dentro de nuestro comportamiento físico.
¿Y un texto de 1600 ayuda o no?
Cuando uno como actor está trabajando con un texto muy complejo que no es cotidiano, que es de hace muchos años, poético, traducido, es normal que aparezcan tensiones y malos hábitos que uno tiene siempre consigo pero que no se notan en otras situaciones porque la exigencia es menor. Estos malos hábitos te llevan a perder la conexión con tu cuerpo y no tenés el registro de en qué lugar resuenan en vos esas palabras que estás diciendo, entonces queda todo en la cabeza, es todo intelectual en vez de ser sentimientos del personaje. Acá lo que hicimos fue ver en qué lugar resuena eso que estás diciendo, donde está alojado en vos, si es en la garganta, en el pecho, si es algo que sale de la espalda y entonces tiene otra voz y otro peso o si es algo que es más desde los cachetes y entonces la resonancia es más etérea, una búsqueda del texto desde tu propio cuerpo, saber de dónde sale, dónde está la urgencia tuya como actor y personaje por decir lo que tenés que decir.
En tu caso, además, se trata de un espíritu.
No soy un ser humano sino un espíritu y en ese sentido buscamos a través de distintas aves cómo es Ariel, ver si es como una luciérnaga o una abeja, por ejemplo, pero en el cuerpo, estábamos obligadas a buscar otro registro porque no se trata de un humano y no tiene desplazamientos ni posturas humanas. Todo el trabajo resultó muy interesante y algo totalmente liberador, distinto de lo que yo venía haciendo, este teatro que no es naturalista te da la posibilidad de investigar y probar cosas y eso se vuelve muy enriquecedor.
¿Cómo te resulta trabajar en un teatro público?
Hacía mucho que no trabajaba en el San Martín, uno de los mejores lugares para hacer Shakespeare, porque lo hace accesible, porque tiene los recursos técnicos y humanos para hacer el vestuario, para hacer la escenografía. Es importante que el Estado asuma esa responsabilidad. Me pone contenta que el teatro haya reabierto.