Cristian Castro: "La vida de Sandro se refleja con la mía" Cristian Castro: "La vida de Sandro se refleja con la mía"
(Por Emilio Marcelo Jozami @emiliojozami)
Dueño de una voz única, el artista mexicano Cristian Castro ha generado gran expectativa su pronta presentación en el Nodo Tecnológico con el show "Como lo hice yo" que será su homenaje a Sandro. Antes de su arribo por primera vez a Santiago del Estero, el hijo de la reconocida actriz Verónica Castro habló en exclusiva con EL LIBERAL.
-¿Cuál o cuáles fueron los motivos que te impulsaron a realizar un tributo a Sandro?
-Los motivos son muy evidentes: primero que nada, es por la gran admiración que siento y por la personalidad de Sandro, por cómo encara sus canciones, cómo las dramatiza, cómo las sobreactúa y cómo las histrioniza como nadie. Luego, su poesía, su calidez, el tenor de su voz hondo, esa gitanería tan seductora, tan sexy, obviamente que atrapa a un cantante como yo que se dedica a eso también, a seducir con sus canciones, a tratar un momento muy íntimo, muy seductor con canciones de amor. También cómo se viste, la manera de vestirse le da una formalidad, impecable. También creo que su vida se refleja un poquito con la mía, de alguna manera su deseo, en muchas cosas su anhelo. Creo que hay muchos motivos de reflejo, de un espejo que vi en Sandro acerca de mi propia personalidad y de cómo encaro yo también la vida.
-Quienes ya vieron tu show, destacan que es Cristian Castro cantándole a Sandro y no Cristian imitando a Sandro. ¿Qué dices al respecto?
-Bueno, agradezco mucho que se diga eso acerca de mí. En realidad, no se trataba de imitar a Sandro. En algún punto, se trataba de recordarlo también sí un poquito al agarrar algunos símbolos de él al cantar, algunas maneras que tiene que son muy sello de él, que son buenas para la canción y que no se van a poder cantar mejor como las cantó él. Al mismo tiempo, tratar de mejorar y ponerle mi encanto, mi esencia, mi pasión, mi tono, mi manera de expresar a muchas frases también. Traté de hacer una combinación entre Cristian y Sandro, de manera que lo recuerdo, lo extraño y lo canto tal cual lo hubiese cantado él o con esa profundidad o con esas ganas de estar cerca de Sandro. De pronto, me aparto y meto ya a Cristian, meto mi mundo, meto mi paisaje, me apropio de las palabras y las llevo hacia el lugar donde yo hubiese ido y en la próxima frase vuelvo a lo que Sandro era o escojo dibujar con la voz así como dibujaba Sandro y de pronto escojo dibujar como dibuja Cristian. Busco que la gente tenga a Cristian y también tenga a Sandro en el mismo show.
-Este tributo al "Gitano", ¿es también la ratificación de tu reivindicación al amor como motor que mueve la vida?
-"Como lo hice yo" es una conmemoración, es un deber, es revivir y promover el repertorio de una persona valiosísima para el mundo romántico. Es casi una obligación, de un compañero como yo tomar en cuenta al compañero Sandro. Creo que si no lo tomo yo en cuenta, si no lo tomamos nosotros en cuenta para mostrarlo a las nuevas generaciones y, sobre todo, llevarlo a México, a lugares más en el norte de América; pues, entonces, quién lo va a hacer. Es una facultad de los colegas que nos apoyemos mutuamente y, como te digo, es una obligación. Así lo veo. Obviamente, es una ratificación, una confirmación de que el amor romántico es el género más alto que conozco. Podrán decir que me gusta el rock, podrán decir que me gusta la ópera, podrán decir lo que sea acerca de mí, pero yo digo y sostengo con esto y con todo lo que hago que el amor romántico y los cantantes románticos son la cima más alta que el rock, más alto que la ópera. ¿Por qué? Si hoy en día te pregunto si a quién quieres ir a ver: ¿quieres ir a ver a Sandro o a The Rolling Stone? ¿A quién escoges? Yo, escojo a Sandro, mil veces. Muchas veces pensamos que las bandas son lo más importante, que el rock es lo más importante, que llena los estadios, pero no, aquí se confirma que el amor, que el cantante, que el baladista sigue siendo la cima de toda la música.
-¿Considera que este reconocimiento a Sandro significaría un antes y un después en su carrera?
-Reconozco que es un comienzo diferente, un nuevo capítulo muy interesante, capítulo de madurez que voy a disfrutar mucho. No creo que sea un antes y un después, ¡ojalá! Eso lo veremos en un futuro. ¡Ojalá que sea! Eso es lo que esperan todos los cantantes, que cualquier proyecto que se haga, más que un antes o un después espera que sea antes y después. Eso se anhela, pero vamos a ver qué resultados nos puede dar después de los conciertos, después que salga en disco en vivo, después que salga el DVD. Después que salga todo lo que pudo provocar esta provocación del repertorio de Sandro en mi voz, vamos a saber si fue un antes y un después como sí lo fue en el caso de José José, por ejemplo.
-Parafraseando una de las canciones del "Gitano", ¿qué mundo de sensaciones le embarga cuando canta los temas de Roberto Sánchez?
-Lo que siento al cantar a Sandro es mi niñez, mi visión de cantante. Realmente, mi primera visión de cantante fue esa sensación romántica que dejó la estela de Sandro, de José José, de Julio Iglesias, de Roberto Carlos. Gente así marcó mucho mi profundidad sentimental, mi estado sentimental y mi psiquis o conciencia de cantante. Sentí mucha afinidad con Frank Sinatra y con Elvis Presley. Fue todo un momento que nació en los 60 y en los 70 y que yo puedo percibir perfectamente porque crezco en los 70 y en los 80 es ahí donde me forjo con este tipo de espectáculos y con este tipo de sensaciones. Al atraparme las canciones de Sandro vuelvo a revivir mil cosas de haber vivido de chico en la Argentina, sentir Mar del Plata, esa casa que teníamos, esa bicicleta con la que andaba con los niños, que eran mis grandes amigos y que llorábamos cuando se nos terminaba el verano.
Todo eso lo veo en las canciones cuando lo veo en el escenario. Veo mi vida en la Argentina, mi visita al primer sastre, toda mi vida que me llevó mi mamá en Buenos Aires. Veo mis visitas al Ital Park. Siento los sabores de las medialunas, de la Coca Cola, de los sándwiches de miga de mi "Nana" argentina que me llevaba al cine, de mi tío que pasábamos por él al colegio Champagnat. Hay mil cosas que tienen aromas a mis primeras sensaciones románticas. Siento a Sandro, siento lo que sintió, ahora que me veo adulto como él, más maduro. Siento mil cosas que él hubiera sentido en ese momento, una herida mortal que nos acompaña a ambos y con esa herida mortal es con la que yo interpreto a Sandro. Es la herida mortal del propio Sandro.
-¿Cuándo fue la primera vez que escuchó una canción de Sandro?
-La primera vez que escuché una canción de Sandro fue en un departamento donde vivíamos, en Palermo (Buenos Aires). Mi mamá lo ponía constantemente. Recuerdo cómo vibraba, tanto ella como mi tía Beatriz, al escuchar "Mi amigo el Puma". Esa canción me quedó muy grabada y me dio una sensación de grandeza, de un cantante con mucha gallardía y muy sexy. Mi mamá y mi tía hablaban de él como de un gran seductor. Ellas me decían que yo tenía que cantar como él, querían que yo fuera Sandro desde chiquitito.
-¿Vivirás sin amar y ser amado?
-Por el contrario, viviré amando y siendo amado. ¿Cuánto puedo amar? Espero que se me permita mucho y demasiado. ¿Cuánto me van a amar? Espero que se me permita mucho y demasiado también. Para eso, se renueva la vida.
-En "El Profeta", el poeta árabe Khalil Gibran Khalil, dice: ‘Me aparto de la gente que considera a la insolencia valor, y cobardía a la ternura. ¿Cuán prioritario es para usted preservar valores y no avergonzarse ante la ternura?
-Hay muchas clases de insolencias, hay muchas clases de valor y de cobardía. Yo soy las tres cosas: soy cobarde, insolente, tengo valor, me salgo con la mía. Y, a veces, caigo bien y, a veces, caigo mal. A veces sé cómo provocar y a veces no. La ternura es muy grande y la defiendo a morir. No me aparto de mis enemigos, no me aparto de la gente que no se sabe cansar de si misma, la gente siempre se está aplaudiendo a sí misma, la comprendo. El ser humano realmente tiene de todo un poco, no somos ni solamente tiernos, ni solamente humildes; ni solamente histéricos, ni solamente conocedores; ni solamente mundanos, ni solamente tontos; ni solamente listos. Los seres humanos somos, gran parte, impulsos y eso es lo que yo he sido: un impulso como este impulso de cantar a Sandro junto con mis productores, con muchas ganas de tenerlo fresco en un tiempo nuevo y lograr trascenderlo. Yo quise hacer también canciones diferentes para que logremos descubrir temas que para mí son valiosos y no lograron llegar tan alto. Lucho por lo que estoy haciendo. No tengo tiempo para fijarme en el otro. El otro es importante como referencia, pero es muy importante hacer la obra de uno y los deberes de uno mismo y no estar criticando tanto al otro. Los otros tienen mi respeto aunque sean mediocres.
-Parafraseando una de las canciones del "Gitano", ¿qué mundo de sensaciones le embarga cuando canta los temas de Roberto Sánchez?
-Lo que siento al cantar a Sandro es mi niñez, mi visión de cantante. Realmente, mi primera visión de cantante fue esa sensación romántica que dejó la estela de Sandro, de José José, de Julio Iglesias, de Roberto Carlos. Gente así marcó mucho mi profundidad sentimental, mi estado sentimental y mi psiquis o conciencia de cantante.
Sentí mucha afinidad con Frank Sinatra y con Elvis Presley. Fue todo un momento que nació en los 60 y en los 70 y que yo puedo percibir perfectamente porque crezco en los 70 y en los 80 es ahí donde me forjo con este tipo de espectáculos y con este tipo de sensaciones. Al atraparme las canciones de Sandro vuelvo a revivir mil cosas de haber vivido de chico en la Argentina, sentir Mar del Plata, esa casa que teníamos, esa bicicleta con la que andaba con los niños, que eran mis grandes amigos y que llorábamos cuando se nos terminaba el verano.
Todo eso lo veo en las canciones cuando lo veo en el escenario. Veo mi vida en la Argentina, mi visita al primer sastre, toda mi vida que me llevó mi mamá en Buenos Aires. Veo mis visitas al Ital Park. Siento los sabores de las medialunas, de la Coca Cola, de los sándwiches de miga de mi "Nana" argentina que me llevaba al cine, de mi tío que pasábamos por él al colegio Champagnat.
Hay mil cosas que tienen aromas a mis primeras sensaciones románticas. Siento a Sandro, siento lo que sintió, ahora que me veo adulto como él, más maduro. Siento mil cosas que él hubiera sentido en ese momento, una herida mortal que nos acompaña a ambos y con esa herida mortal es con la que yo interpreto a Sandro. Es la herida mortal del propio Sandro.
-¿Cuándo fue la primera vez que escuchó una canción de Sandro?
-La primera vez que escuché una canción de Sandro fue en un departamento donde vivíamos, en Palermo (Buenos Aires). Mi mamá lo ponía constantemente. Recuerdo cómo vibraba, tanto ella como mi tía Beatriz, al escuchar "Mi amigo el Puma". Esa canción me quedó muy grabada y me dio una sensación de grandeza, de un cantante con mucha gallardía y muy sexy. Mi mamá y mi tía hablaban de él como de un gran seductor. Ellas me decían que yo tenía que cantar como él, querían que yo fuera Sandro desde chiquitito.
-¿Vivirás sin amar y ser amado?
-Por el contrario, viviré amando y siendo amado. ¿Cuánto puedo amar? Espero que se me permita mucho y demasiado. ¿Cuánto me van a amar? Espero que se me permita mucho y demasiado también. Para eso, se renueva la vida.
-En "El Profeta", el poeta árabe Khalil Gibran Khalil, dice: ‘Me aparto de la gente que considera a la insolencia valor, y cobardía a la ternura. ¿Cuán prioritario es para usted preservar valores y no avergonzarse ante la ternura?
-Hay muchas clases de insolencias, hay muchas clases de valor y de cobardía. Yo soy las tres cosas: soy cobarde, insolente, tengo valor, me salgo con la mía. Y, a veces, caigo bien y, a veces, caigo mal. A veces sé cómo provocar y a veces no. La ternura es muy grande y la defiendo a morir. No me aparto de mis enemigos, no me aparto de la gente que no se sabe cansar de si misma, la gente siempre se está aplaudiendo a sí misma, la comprendo. El ser humano realmente tiene de todo un poco, no somos ni solamente tiernos, ni solamente humildes; ni solamente histéricos, ni solamente conocedores; ni solamente mundanos, ni solamente tontos; ni solamente listos.
Los seres humanos somos, gran parte, impulsos y eso es lo que yo he sido: un impulso como este impulso de cantar a Sandro junto con mis productores, con muchas ganas de tenerlo fresco en un tiempo nuevo y lograr trascenderlo. Yo quise hacer también canciones diferentes para que logremos descubrir temas que para mí son valiosos y no lograron llegar tan alto. Lucho por lo que estoy haciendo. No tengo tiempo para fijarme en el otro. El otro es importante como referencia, pero es muy importante hacer la obra de uno y los deberes de uno mismo y no estar criticando tanto al otro. Los otros tienen mi respeto aunque sean mediocres.